La muerte de la esperanza
Cuando los periodistas de varios países me preguntaban si creía que Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, sería juzgado yo contestaba, con mi mayor serenidad, que no, que no esperaba que en España se hiciera nunca justicia con los crímenes del franquismo. Pero en el fondo de mi alma, con la necesidad del consuelo, guardaba una esperanza infantil de que la querella argentina prosperara y un día viera a aquel criminal sentado delante de los jueces.