LA EXPLOTACIÓN SEXUAL DE LA MUJER

Por Partido Feminista

¿QUE ES LA SEXUALIDAD?
«La sexualidad constituye la pulsión más íntima, más privada, más placentera de todas las actividades humanas. Ninguna otra relación permite conocer tan íntimamente a otra persona, y esa entrega debe ser siempre libre, voluntaria y gratuita»

(Lidia Falcón O ́Neill, presidenta del PFE)

La sexualidad
La sexualidad es la obtención de placer físico y descarga de la energía sexual, e implica comunicación corporal y recíproca. Constituye la más profunda comunicación con otro ser humano. Nadie tiene de las demás personas con las que se relaciona y convive el conocimiento que se adquiere con la relación sexual. Y sin embargo la sexualidad para la mujer puede no significar placer, comunicación ni descarga de energía, sino la más fundamental explotación: la de su propio cuerpo. Para conseguir la sumisión femenina sin oposición, el hombre utiliza toda clase de medios coercitivos y represivos: económicos y extraeconómicos, violentos e ideológicos. El hombre mantiene intacta su posición de poder mediante la violación de la mujer. El patriarcado ha garantizado y garantiza a los hombres el acceso al cuerpo de las mujeres, inventando para ello diversas formas, que han llegado a convertirse en instituciones. Por un lado tenemos el matrimonio, que además de sexo, le permite obtener de las mujeres otra serie de servicios y ventajas económicas. El matrimonio y la familia nuclear que se deriva del mismo en la mayoría de casos, son el espacio ideal para construir el contrato sexual y la división sexual del trabajo, teniendo esto grandes beneficios para los Estados y los hombres, ya que la carga principal del trabajo reproductivo es asumida por las mujeres (el matrimonio provee todo lo necesario para conservar intacto al patriarcado y alimentar al capitalismo: producción de fuerza de trabajo en la reproducción de las mujeres, mantener, criar, cuidar, encargarse de las personas enfermas y mayores, proporcionar soporte afectivo y emocional y por supuesto el sexo).
En la actualidad vemos como esta realidad ha ido transformándose, con una progresiva implicación de hombres en el trabajo de cuidados, un acercamiento que pone de relieve el gran impacto del feminismo en nuestras vidas, y que permite ver lo que queda aún por recorrer. Sin embargo, este progreso es interpretado desde los poderes del patriarcado, el fratriarcado y el capitalismo neoliberal como una amenaza, por lo que han de contrarrestarlo.
Si bien es cierto que el matrimonio en muchas ocasiones sigue siendo un espacio de opresión y dominio, perfecto para la violación, en la actualidad la prostitución es la institución patriarcal y la de sus hijos, las fratrias en auge, una de las estructuras más antiguas de dominación que en las últimas décadas ha adquirido estatus de megaindustria, siendo el segundo negocio ilícito más poderoso, como veremos más adelante. Y esto es así, por la creciente demanda que hacen los hombres para acceder a la fuerza al cuerpo de las mujeres, y que no aceptan un no por respuesta a sus deseos de machos dominantes, que además no soportan la liberación de las mujeres. La prostitución en la actualidad se convierte en un lugar donde ejercer ese poder que gracias a la lucha feminista se ha ido desnaturalizando en muchos espacios vitales. Es la garantía para poder violar a gusto, bajo precio y aceptado tras la falsa “libertad de elección”. Gracias a esta perversa y malintencionada interpretación, los hombres delinquen a cualquier hora, con la mayor impunidad y con unos Estados que ponen a su servicio los megaburdeles, donde la cultura de la violación campa a sus anchas, utilizando para ello no sólo a las mujeres más vulnerables del entorno, sino y sobre todo, a las mujeres y niñas pobres de los países pobres.
La cultura de la violación goza de tan buena salud, porque hay una industria del sexo que está actualizándola e inventando nuevas formas cada día, con una herramienta poderosísima, que es la pornografía y que se consume sin filtros y de forma masiva en todo el mundo por millones de hombres y niños, con acceso a la misma cada vez a edades más tempranas. Desde la realidad de la filmación, este recurso genera un simbólico ideal para someter a las mujeres, a todas las mujeres, que deben también aprender las artes del porno, para satisfacer a sus hombres, disfrazado esto de placer propio. Más adelante abordaremos la pornografía, sólo adelantamos que la violación en la misma está garantizada, y también el acceso de los hombres a los cuerpos de las mujeres. En la mayoría de situaciones son violaciones filmadas, para reforzar su virilidad, violencia y exclusión hacia las mujeres para que otros aprendan a violar y sientan toda la legitimidad para ello, ya que la pornografía está repleta de mitos y falsedades, sobre lo que quieren y/o desean las mujeres. Esta educación violenta, explica claramente la conducta de tantos hombres que solos o en manada, también se garantizan su cuota de poder, con el acoso, el abuso y la violación de mujeres conocidas, que acaban de conocer o desconocidas, convirtiéndose de este modo la sexualidad en un espacio para la vejación, humillación y destrozo psíquico de mujeres, quedando estas privadas de las potencialidades que la sexualidad humana nos ofrece, de placer, goce, disfrute, conocimiento e intercambio. En estos términos podemos afirmar literalmente que la sexualidad de las mujeres sigue secuestrada, desde el plano simbólico hasta el plano más físico y material.

Dicho esto, es fundamental realizar un breve análisis del impacto que la explotación sexual tiene sobre la salud y vida de las mujeres y niñas, haciendo mención a algunas de las consecuencias más graves de este tipo de violencias (físicas, psicológicas, emocionales así como para la salud sexual y reproductiva):

1. Lesiones graves, mutilaciones y asesinatos.
2. Adicciones graves derivadas del consumo de sustancias como alcohol, antidepresivos, cocaína etc., en el que se inician muchas mujeres que han vivido o viven la violencia sexual. Destacar que en el caso de las mujeres prostituidas, muchas son obligadas al consumo de sustancias por parte de proxenetas y puteros, puesto que una de las prácticas en auge dentro de la demanda de prostitución, es que las mujeres consuman drogas con los hombres que las violan, lo que se conoce en la jerga putera como fiestas blancas (consistentes en violar a las mujeres mientras se consume cocaína).
3. Enfermedades de transmisión sexual, continuas infecciones urinarias, lesiones pélvicas y genitales.
4. Embarazos no deseados y abortos, bebés con bajo peso.
5. Dolor y fatiga crónicos.
6. Trastornos de la salud mental (que pueden derivar en tentativas de suicidio o llegar al suicidio): Depresión, trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de estrés postraumático, trastornos del sueño, terrores crónicos, trastorno disociativo, discapacidad psicológica y social, con aparición de fobias sociales que limitan de forma grave el desarrollo de la vida.
7. Trastornos producidos por la ingesta de anticonceptivos, durante largos periodos de tiempo, los 30 ó 35 años fértiles de su vida.
8. La invasión y las molestias derivadas de la implantación del DIU (Dispositivo intrauterino) en muchas ocasiones existe rechazo e imposibilidad de mantenerlo, y en otras, infecciones y hemorragias, a pesar de los avances sanitarios actuales. Esto pone de manifiesto que casi siempre son las mujeres quienes adoptan las medidas necesarias para no quedar embarazada, mientras el hombre permanece liberado de esa responsabilidad.
9. El aborto. Por desgracia, todavía muchas mujeres en el mundo, deben hacerlo clandestinamente y bajo condiciones de total insalubridad y riesgo para su vida, ya que las legislaciones de algunos países siguen vulnerando los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. El derecho al aborto libre, seguro y gratuito es fundamental, porque los embarazos no deseados van a seguir existiendo, aun cuando se realicen prácticas sexuales satisfactorias y sin riesgo. También puede ocurrir que una mujer quiera quedarse embarazada, lo logre y luego decida abortar por diferentes situaciones vitales y económicas, o que el hijo/a venga con alguna enfermedad, enfermedad de la propia madre o porque se arrepienta, en el caso de una violación, etc. Muchas veces el aborto para una mujer, supone una liberación, un alivio y la seguridad de poder estar ejerciendo su derecho a decidir, pero eso no significa que siga siendo ella la única responsable de controlar su maternidad.
10. Esterilización o castración para impedir la reproducción. Una de las agresiones a las que las mujeres recurren bastante a menudo, sobre todo cuando ya han tenido varios hijos. También hay que incluir la esterilización forzada, práctica que ya se creía superada y que aun sigue existiendo en algunos países, donde las mujeres más vulnerables, con menos recursos y menos posibilidad de acceder a los mismos, son manipuladas o sometidas sin conocimiento a esta terrible invasión de sus cuerpos, siendo la vasectomía mucho más fácil y menos invasiva. Así nos podemos remitir a las investigaciones recientes iniciadas en Canadá, donde salió a la luz que esta práctica se seguía realizando en población indígena, entre 2005 y 2012. Gobiernos que ordenan la invasión del cuerpo de las mujeres para su propio provecho, sin invertir en políticas de educación y de igualdad que es lo que realmente necesitamos. En Perú bajo el mandato de Fujimori, que duró casi una década, se estima que más de 400.000 mujeres fueron esterilizadas de manera forzada, la mayoría de ellas indígenas.
11. Verse obligadas a parir y criar un hijo.

Como conclusión a este primer apartado introductorio, afirmamos que se continúa viviendo en un sistema opresor para las mujeres, donde la explotación y sometimiento de sus cuerpos y vidas, se da en todos los ámbitos, en especial en la sexualidad, que refleja los niveles de dominación y desigualdad más altos. El cuerpo de la mujer es un recipiente para el placer, la experimentación y la reproducción. Es decir, la mujer es concebida como un objeto y un instrumento, no importan los daños directos o colaterales que pueda sufrir. Además de ser explotadas, violadas y cosificadas, son las últimas responsables de quedar o no embarazadas. Por ello el patriarcado ha invadido sus cuerpos con experimentos para la anticoncepción, eximiendo a los hombres de toda carga y responsabilidad (de los 20 métodos anticonceptivos en uso, sólo dos son para hombres: el preservativo y la vasectomía. Hay que señalar que ninguno de los dos suponen una invasión o injerencia en la salud de los hombres) así la mayor parte de los anticonceptivos e intervenciones quirúrgicas son para las mujeres. Para dejar lo más intacto posible el poder y el placer del hombre. Siempre se hipoteca el placer y tranquilidad de las mujeres. En estas condiciones, ¿cómo puede la mujer vivir una sexualidad libre y plena? Las mujeres parten del miedo al sexo y los hombres parten del poder y el placer.
La sexualidad que predomina es la del hombre sobre la mujer y sigue construyéndose bajo el paradigma de la opresión. Es una construcción patriarcal, que se configura entorno a la desposesión y cosificación de las mujeres y sus cuerpos. La sexualidad patriarcal se construye mediante dos ejes fundamentales, que a su vez suponen los mandatos sociales más destructivos: la represión y la hipersexualización del cuerpo de las mujeres.
Ante este panorama desolador, nunca el cuerpo de la mujer puede ser fuente propia de placer, sino un territorio conquistado, para ello se la educa y a ello la reducen, logrando convertir su cuerpo en verdadero campo de batalla.

FORMAS DE EXPLOTACIÓN SEXUAL
Antes de comenzar a describir y explicar las diferentes formas de explotación sexual que padecen las mujeres, vemos necesario detenernos en los siguientes puntos, que nos permitan contextualizar y comprender mejor el porqué de la explotación de las mujeres y el mantenimiento de la misma.

Amor: Contrato de Servidumbre
El amor en el que es socializado el ser humano es un invento, constituye el cimiento sobre el que se asienta la ideología burguesa y machista de la dominación de la mujer en el patriarcado moderno. Se ha teorizado de mil formas sobre el amor y sobre la necesidad imperante de este en las mujeres, lo que ha permitido adiestrar a las mismas para soportar cualquier situación extrema en nombre del amor. El patriarcado ha creado a la mujer idiotizada por el amor romántico como una estrategia para implantar y mantener el capitalismo, basado este en la explotación de las mujeres y su trabajo en todas las facetas de la vida, en especial la reproductiva y la que atiende a las tareas de crianza, cuidados y hogar. El amor patriarcal habla en nombre de la naturaleza, creando toda una serie de argumentos biologicistas enmarcados en la ciencia, para dar testigo de esta disposición innata de la mujer a ser explotada y servir a los otros. Para que esto haya quedado fijado, el patriarcado ha necesitado inventar el amor romántico, disfrazar esta cruenta realidad de misticismo, pasión, exclusividad, autenticidad. Mediante el amor romántico, las mujeres creen que deben amar a su opresor, aunque las maltrate y las desprecie o en el tema de las relaciones sexuales, no les dé placer, ni las considere como iguales. La ideología dominante ha elaborado la teoría de que el amor para la mujer debe significar dar y para el hombre recibir. Ha engañado a generaciones de mujeres exigiendo de ellas el sacrificio, renuncias, generosidad, entrega total, comprensión, sumisión, en nombre de sus altruistas sentimientos. Engañadas y en apariencia contentas se someten a los caprichos y voluntades de un hombre que dice amarlas, pero realmente lo que hace es satisfacer sus deseos sexuales, trabajar para él y cuidarle.
En nuestros días la literatura, el teatro, la industria del cine (productoras como Disney, que han logrado aleccionar a generaciones enteras de niñas), la música, la poesía, la arquitectura, la pintura, la publicidad, todos los medios de comunicación, disciplinas como la medicina y la psicología se han ocupado de generar teorías y leyes, sobre la naturaleza de los hombres y las mujeres, para justificar la explotación y abuso de las mismas. El feminismo se afana en desmontar los mitos del amor patriarcal, derrumbarlos para poder allanar el camino hacia la emancipación y libertad de las mujeres. Hasta que no se logre desmantelar completamente este artefacto del amor romántico y entender las relaciones sexuales como fuente de gratificaciones y satisfacción, no como entrega al otro, la mujer no podrá liberarse de los sufrimientos que causan las relaciones con los hombres. La educación como en todo aspecto de la vida, juega un importante papel para desactivar esta cultura machista y de opresión, para ello es esencial contar con una educación laica, pública y feminista, que garantice la calidad en la misma.

Exaltación del Falo
El heteropatriarcado pretende por todos los medios seguir garantizando la supremacía masculina y el miembro viril como máximo representante de la misma; garantizar por tanto la esclavitud de la mujer en dos aspectos fundamentales: la reproducción y la sexualidad. La triada perfecta para mantener este modelo de existencia la encontramos en el Patriarcado, Capital y la Iglesia. Este pacto no se ha logrado desmantelar, ni siquiera por los sectores de izquierda más radicales que siguen regidos por normas patriarcales muy explícitas y que por tanto no se alejan tanto del neoliberalismo. Se necesita una mirada feminista radical, que tome como categoría de análisis a la mujer como clase social, algo que muchas feministas llevan exigiendo y reclamando décadas, como Lidia Falcón.
Los ideólogos de la Iglesia depositan en el hombre la capacidad de ser fuente esencial de vida y a la mujer esencialmente como la incubadora. Así en cada época el objetivo principal es el adoctrinamiento en todos los ámbitos de la vida, para que la mujer siga siendo el segundo sexo, el objeto domesticable para servir al macho. Sólo como botón de muestra Aristóteles, Aquino, Rousseau, inventaron todo tipo de teorías y artimañas para reforzar la dominación sexual del hombre y del sometimiento pasivo de la mujer.
Sin ir muy lejos en la historia reciente encontramos las aportaciones del padre del psicoanálisis Sigmund Freud, que ideó toda una teoría misógina entorno a la envidia que sienten las mujeres del pene. Una teoría reduccionista que ha calado hondo hasta nuestros días, colocando a las mujeres en una escala de inferioridad y de locura con respecto del hombre. El modelo de sexualidad para el patriarcado es la penetración. Por ello es falocéntrica, coitocentrista, aleccionadora, misógina y brutal. El hombre se erige en dueño y señor de todo, la política, los Estados, los reinos, las tierras, las calles, las plazas, las fábricas, los hogares y por supuesto las mujeres y sus cuerpos.

IDEOLOGÍA DE CLASE DOMINANTE
Las clases dominantes tienen que elaborar la ideología que de- muestre que esta es la conducta natural, justa y la que conviene a todo el género humano. De tal manera se elabora una compleja teoría, apoyada desde todas las disciplinas, ahora especialmente a través del lenguaje, que demuestra que la mujer es un ser masoquista, pasivo, frío, a la que le gusta ser violada, apaleada y dominada por un hombre. Se le niegan sus necesidades sexuales y su específica sexualidad, al punto de ignorar la función del clítoris y situar el placer en la vagina. O se decide eliminar directamente el órgano principal de placer de la mujer, negando para siempre cualquier oportunidad de una sexualidad plena y libre, como ocurre en muchos países donde las niñas son sometidas a la mutilación de su clítoris, con argumentos religiosos o culturales, implicando un grave riesgo para su salud y su vida, ya que muchas de ellas perecen en esta intervención. En estos mismos países ocurre lo opuesto con los hombres, que son circuncidados de niños para poder gozar sin sufrimiento y dolor de su penetración, mientras que para las mujeres sin clítoris esta será una tortura cada vez que suceda.

En la pareja:
Gracias a las luchas feministas se ha incidido de manera clara y contundente sobre la política, logrando cambios significativos en pro de la igualdad. Este esfuerzo sin embargo no ha garantizado que toda la transformación necesaria sea efectiva y profunda, pues las bases en las que se asienta la cultura patriarcal son muy sólidas, el poder sigue siendo ostentado principalmente por hombres, que mantienen el estatu quo, la izquierda aún sigue incompleta al no introducir el feminismo como pilar básico para luchar contra el sistema, a esto hay que añadir el discurso queer que prioriza el deseo por encima de los derechos de las mujeres, la falta de conciencia de clase, por parte de muchas mujeres y hombres, tan necesaria para un cambio radical.
Aunque hoy día el destino de las mujeres no se reduce al del casamiento y el encierro en el hogar, es cierto que la explotación en la pareja sigue siendo una realidad muy presente y que las bases de la convivencia son esencialmente patriarcales en muchos hogares, incluso de gente joven, supuestamente preparada y con otra mentalidad. El espejismo de la Igualdad se constata cada día en nuestro país. Es más se podría decir que el patriarcado ha afinado mucho sus estrategias y ha sabido camuflar muy bien esta realidad con discursos postmodernos y pseudoprogresistas, a los que se les pone la etiqueta de feministas, como el hecho de querer regular la prostitución, los vientres de alquiler como derecho o la corriente del amamantamiento casi obligado de las mujeres.

El “Amor Romántico” perpetúa la división sexual del trabajo. Éste modelo es el que se sigue enseñando y socializando a través de películas, novelas programas de TV etc. a las nuevas generaciones. Este modelo sostiene la dependencia de la mujer, proponiendo la pareja como el marco ideal de su realización como persona, haciendo que muchas mujeres acepten una relación desigual solo por el miedo a no cumplir con el mandato social. La realidad en España sigue siendo muy dura en relación a la violencia machista. La esclavitud en el trabajo de cuidados, la violencia económica, psicológica, los abusos sexuales, la violación, las palizas, el control de la vida de las mujeres y la anulación del ser, sigue siendo una norma y no una excepción en la vida de muchas mujeres. La prueba más terrible y sangrante de ello, está en los asesinatos (feminicidios) que se comenten en España, dejando crónicas devastadoras, de cerca del centenar de mujeres asesinadas al año, por sus parejas o ex parejas, añadiendo a ello los infanticidios y los asesinatos de familiares y amistades cercanas a la víctima como otra forma de terrorismo machista.

El porno en la pareja
Otro asunto que no se puede obviar es cómo influye la cultura del porno en las relaciones de pareja. La pornografía está tan inserta en nuestra sociedad que ya se ha convertido en un medio de educación sexual, siendo un referente en las relaciones heterosexuales. Los hombres con pareja consumen porno de manera habitual y el mensaje del mismo no deja intacta la relación. Se perpetúa más si cabe la cultura de la violación y el sexo coitocentrista. El mensaje es que con las mujeres se puede hacer todo lo que uno quiera y esto los hombres lo llevan al espacio íntimo con su pareja, forzándola en muchas ocasiones a prácticas sexuales denigrantes y dolorosas para ella, como la penetración anal forzada y violenta, que tanto ha extendido la pornografía. Los hombres toman estas prácticas como novedosas, divertidas y que por supuesto tienen que generar placer a las mujeres. De lo contrario la mujer es una estrecha, reprimida sexual y susceptible de ser intercambiada y desechada, algo que a las mujeres socializadas en el patriarcado les provoca miedo pensar que su pareja pueda abandonarlas, las lleva en muchas ocasiones a ceder a ésta terrible manipulación. También las mujeres han aprendido del porno a fingir un placer que,no sienten, a comportarse de cierta manera, a asumir un rol de cosa que asegura el placer del hombre, sin que se les muestre ninguna otra forma de obtener y dar placer.

INDUSTRIA DEL SEXO
Prostitución
La prostitución es la explotación sexual de las mujeres y niñas/os, puestos al servicio de los deseos de los hombres, considerando éstos como naturales e inamovibles. El éxito de la prostitución radica en la firme alianza que existe entre el patriarcado y el capitalismo. Por una parte la prostitución cumple con el mandato patriarcal de poder dominar el cuerpo de una mujer, dónde, cuándo y cómo quiera el hombre, siempre mediante la coacción, el abuso de poder, la humillación, el desprecio y la violación. Por otro lado la prostitución supone el enriquecimiento del capital, gracias a las mafias, los proxenetas y los puteros, íntimamente ligadas que mercadean y trafican con millones de mujeres y niñas, para poder abastecer la creciente demanda. España es el segundo país consumidor de prostitución del mundo. A día de hoy en España 4 de cada 10 hombres consumen prostitución. Hablar de prostitución es hablar de trata y esclavitud. En la actualidad cada año 1,39 millones de personas en todo el mundo son sometidas a la esclavitud sexual, la mayoría mujeres y menores.
En España son traficadas más de 500.000 mujeres anualmente, ostentando el triste récord de ser el país con mayor número de puteros y el primer destino para el turismo sexual de toda Europa. La trata, las armas y las drogas, es la actividad que más capital mueve en el mundo: en España permiten subir el PIB en un 4,5%, lo que implica poder maquillar las cuentas públicas del gobierno. La realidad de la prostitución es la siguiente: en España y Alemania, el 90% de las mujeres prostituidas son inmigrantes; en Irlanda el 85% etc. Mujeres cuya situación socio económica de extrema pobreza les obliga a vender sus cuerpos para la supervivencia, de ellas y de sus familias. De ninguna manera puede considerarse esta decisión como libre o voluntaria, pues la carencia de otras opciones resta todo cariz de libertad a esta forma de vida. Otro gran número de mujeres dedicadas a la prostitución comparten un origen común: han sido víctimas de abusos sexuales, en su niñez o adolescencia. Numerosos estudios demuestran un largo historial de violaciones en la vida de estas mujeres. Entre un 55 y un 90% de las mujeres prostituidas fueron víctimas de agresiones sexuales durante su infancia y el 59% sufrieron maltrato.
Este hecho, verdaderamente traumático, hace que las mujeres desarrollen un comportamiento vulnerable frente a la explotación sexual, pues se genera en ellas una baja autoestima y un sentimiento de desvalorización. El llamado sector de la prostitución de lujo está formado por mujeres que arrastran una situación de abuso, en la que se han visto maltratadas de manera sistemática. El patriarcado quiere vender la idea de que la prostitución de lujo ofrece a la mujer una vida feliz y desahogada, cuando la realidad es bien diferente y dramática. Para salir de la prostitución es necesaria una ayuda psicológica que lleve a la mujer a ser plenamente consciente de la situación de abuso que ha sufrido, a identificar las circunstancias que la han obligado a vender su cuerpo.

Mapeo por los explotadores sexuales
La prostitución es una de las formas más brutales y extendidas de violencia contra las mujeres, en ella la misoginia, la banalización y deshumanización total de las mujeres tiene su máxima expresión. Lidia Falcón, describe la prostitución como el mayor éxito del patriarcado. Hecho este que se refleja en la VIOLACIÓN y EXPLOTACIÓN a las que son sometidas las mujeres en prostitución y que además cuenta con múltiples perpetradores. Empezando por el PUTERO, al que se le pretende llamar cliente para dulcificar el papel de este en la explotación de las mujeres, él es el principal explotador, al ser su demanda la que hace que la Industria del Sexo se ponga a su servicio, reclutando a millones de mujeres y niñas/os a lo largo y ancho del planeta. El putero puede ser cualquier hombre, no importa su procedencia, su nivel socioeconómico, la clase social a la que pertenezca, si es joven o viejo, lo que caracteriza al putero es su machismo. Este por tanto es el vecino, el marido, el amante, el amigo, el universitario, el futbolista, el empresario, el oficinista, el panadero, el obrero, el trabajador de la fábrica, el profesor de universidad, el artista, el músico, el político, el juez, los monarcas, los presidentes de estados etc. Puede ser cualquiera.
LOS ESTADOS PROSTITUYENTES son los países que se manifiestan abiertamente pro-prostitución, con sus respectivas leyes regulacionistas, como ocurre en Alemania, Holanda o Finlandia. Muchos de los miembros, que ostentan el poder en tales estados, son a su vez puteros, por lo que hacen leyes patriarcales para proteger los privilegios del macho. Como se ha visto, esto es la norma y no la excepción, en un sistema neoliberal, que se enriquece del trabajo explotado de las mujeres y de la violación de sus derechos.
En las MAFIAS se despliega una amplia galería de explotadores, aquí están los que regentan los clubes, prostíbulos y casas de citas, algunos de estos empresarios ostentan cargos políticos e incluso trabajan o han trabajado en ONGs de renombre para la protección de los derechos humanos, con la consecuente peligrosidad que ello implica y la garantía de que este modo de explotación se mantenga. Los chulos y macarras que están en las calles vigilando a sus putas para sacarles el máximo partido posible, desecharlas cuando ya no les sirven o apalearlas al mínimo indicio de rebelión. Entre estos personajes están los conquistadores, aquellos que mediante las estrategias de amor patriarcal embaucan a mujeres en situación de extrema vulnerabilidad, para comerciar con ellas. Muchas mujeres traficadas de países de Europa del Este llegan a España de esta forma. Están padres, hermanos, tíos y familiares de las mujeres que las venden a prostíbulos repartidos por todas las ciudades del mundo, donde harán las delicias de millones de puteros, muchos de ellos incluso viajan a lejanos países para disfrutar sin culpa y con total impunidad del sexo exótico de una niña camboyana por ejemplo. Todos estos explotadores pasan al mismo tiempo por la vida y los cuerpos de las mujeres prostituidas, cada día, porque todas, son la mercancía de esta Amplia y consentida Red Criminal.

Pornografía
La pornografía es otro de los pilares de la industria del sexo, que está alcanzando unos niveles de crecimiento y especialización insospechados, convirtiéndose en la escuela sexual para el placer del varón. El porno que se consume es una prolongación de la violencia machista, permeado por la explotación sexual, el tráfico y trata de mujeres y menores de edad, el racismo y la violencia brutal. La pornografía utiliza el sexo como una coartada más para la violencia, reduce la condición humana de la mujer y aniquila su dignidad. Ha secuestrado valores como la libertad sexual, la diversidad sexual y hasta la libertad de expresión. Ha secuestrado al mismo sexo, sustituyendo su riqueza por una normativa rígida y unidireccional de entender las relaciones sexuales. Un modelo de relaciones sexuales basadas en la celebración del sometimiento de la mujer, de su reducción a objeto de placer y fuente de satisfacción sexual. Por tanto, el porno es masculino, y misógino, enseña el tipo de sexo violento que interesa a la ideología patriarcal, orientado en exclusiva al placer de los hombres, sin tener en cuenta el goce de las mujeres. La pornografía es violencia, crea y transforma al hombre mientras destruye a la mujer y es el paraíso fiscal de la delincuencia del sexo. A su vez se ha convertido en una herramienta pedagógica y en una de las formas más extendidas de educación sexual informal para muchos adolescentes, sobre todo chicos, el porno sirve para decirles a los hombres que, en el fondo, a las mujeres les encanta que las insulten, que las cosifiquen y que las agredan. La pornografía, al igual que ocurre con la prostitución tiene dos finalidades básicas: por una parte adiestrar en la violencia machista y perpetuarla, por otra enriquecer a la industria del sexo. Pretendemos desmontar la intencionada postura que identifica pornografía con libertad sexual y voluntariedad por parte de las mujeres sometidas, al igual que ocurre con la prostitución; este es uno de los argumentos más repetidos y defendidos, borrando de un plumazo la profunda desigualdad de base y el horror que ocurre tanto en la prostitución como en la pornografía, un juego perverso en el que ciertos sectores de la izquierda también entran y algunas feministas carentes de conciencia de clase (feminismo este secuestrado por el capitalismo y el patriarcado). ¿Acaso es vocacional tener que realizar varias felaciones a la vez, que te agarren de los pelos, recibir el semen de varios hombres en tu cuerpo, de la manera más denigrante posible, mientras recibes escupitajos, insultos y algún que otro golpe? ¿Seguro que esto tiene algo que ver con la libertad sexual, el amor libre, dar rienda suelta al deseo sexual y amoroso? Hablamos de un espectáculo misógino y de pornoterror, por ser una manera clara de terrorismo machista. Haciendo un mínimo recorrido por alguna de las páginas web de pornografía a las que se accede con un simple clic, se puede dar testimonio, tan solo con los títulos de los vídeos, de la clara, explícita y fulminante violación de los derechos humanos. Comprobamos cómo la cultura del todo vale para someter y vejar a las mujeres está cada vez más extendida, lo resume muy bien esta pregunta ¿qué más se le puede hacer a una mujer? Buena cuenta de ello la dan estos títulos(que son solo la antesala al espectáculo que acontece en los vídeos) donde el odio hacia las mujeres, el racismo extremo, los abusos a menores y la VIOLACIÓN en mayúsculas son los ingredientes principales. Como botón de muestra hemos extraído algunos de ellos, de la primera página que nos apareció en el buscador de Google (para denunciar y exigir la creación de un código de leyes que tipifique como delito este sector de la Industria del Sexo, tan aplaudido y extendido): Zorra follada a lo perrito, Nieta zorrona se folla al abuelo, Hija colegiala castigada y violada por su padre, Gorda asquerosa tratada como esclava y enculada, Esclava negra follada por boca y coño y un largo etc. de terrorismo extremo. Según la investigadora australiana Maree Crabbe, “el porno más popular” revela que “el 88% de las escenas incluían agresión física como ahogar, ahorcar y abofetear”. Naturalmente, en la mayoría de las escenas las actrices actúan como si disfrutaran mucho de las violencias y los insultos que les lanzan los hombres que las agreden.

Violación
Se quiere hacer creer que la violación es una excepción, cuando en realidad es la norma, en España cada año son violadas alrededor de 15.000 mujeres, de las cuales y según cifras oficiales sólo el veinte por ciento son denunciadas, de estas denuncias el 99% por ciento quedan impunes y tan solo del 1% al 5% de los casos se condenan, con el agravante de que dicha impunidad es mayor si el autor es la pareja, ya que se consideran prácticas propias de la intimidad sexual. La violación es la forma más brutal de algo que sufren diariamente las mujeres, en la calle, en el metro, en la comisaría o en los hogares: la agresión sexual que puede exteriorizarse violentamente o de forma sutil y sofisticada. La violación no tiene solamente un contenido (como ocurre con todas las formas de explotación sexual), es ante todo un abuso de poder -piénsese en con qué frecuencia va acompañada de lesiones y mutilaciones producidas después o antes de la penetración, por el gusto de hacerlas-. Al violar a mujeres de distintas razas, edades, profesiones, estatus sociales y económicos, los hombres reafirman el poder que en tanto que tales, tienen sobre las mujeres en general. Con la violación el hombre se reafirma como sujeto al transformar a la mujer en simple objeto sin sexualidad propia, sin voluntad, sin personalidad. La violación no solo ataca al cuerpo, ataca al ser, tiende a crear en las mujeres un estado de temor que las limita en su capacidad de actuación. Es otra forma de terrorismo machista, de fascismo. Vivir sola, andar sola, viajar sola, salir de fiesta sola, llevar vestidos provocativos, haber hablado o tomado una copa con el violador o los violadores (no podemos olvidar que muchas de estas violaciones se perpetran en grupo, el pacto entre hermanos está basado en la exclusión y violencia hacia las mujeres, como una forma de ensalzar los valores masculinos y de manada de machos), en pleno siglo XXI son actos susceptibles de haber hecho posible, facilitado o provocado el que te violen.

Los hombres que persiguen, atacan, violan mujeres, son descritos como los inquisidores, los guarda costumbres del orden patriarcal, y no como obsesos sexuales, porque la caza de las mujeres está abierta todo el año, veinticuatro horas sobre veinticuatro. La violación es la última y más completa agresión contra la mujer, únicamente la tortura la iguala, la agresión y la tortura son el recurso de terror de la clase dominante. No podemos olvidar nombrar que la violación ha sido y es una potente arma de guerra, siendo las mujeres y las niñas/os un botín con el que humillar, desmantelar y aniquilar a los pueblos, auténticos crímenes de guerra y contra la humanidad.

La violación está muy presente en el ámbito de la pareja, para obligar a la mujer a someterse a las violaciones conyugales, el aparato del Estado pone al servicio de los hombres su equipo de especialistas: tribunales, policías, juzgados. Todos ellos mantienen el orden patriarcal, todos ellos le recuerdan a la mujer que su lugar en la sociedad es el de una clase sometida, que debe cumplir sus obligaciones serviles con el marido, de lo contrario será castigada socialmente y de qué manera. Por ello el aparato de la administración del Estado defiende los intereses masculinos, haciendo caso omiso de las denuncias por violación, disculpando a los violadores y culpabilizando y arrinconando a las víctimas, para que sigan sumisas. Es precisa pues, la exigencia de que se cree una infraestructura suficiente para asistir rápida y eficazmente a las víctimas: profesionales del trabajo social especializados/as que atiendan a las denunciantes en las comisarías para no pasar por el terrible trance de agregar a la violación la denuncia y la consecuente puesta en duda de su testimonio, como ocurre en tantas ocasiones. Asistencia médica y psicológica inmediata, para evitar embarazos, poder tratar a tiempo posibles enfermedades y lesiones, así como dicho apoyo de forma continuada, durante su proceso de recuperación. Situar a las mujeres en el centro de la intervención y darle todo el apoyo y credibilidad que necesitan en esos duros momentos, donde su ser entero ha sido arrebatado. Exigir de las fuerzas de seguridad, que la ley se cumpla en su totalidad, sin paliativos para el o los agresores, sin titubeos ni disculpas. Los hombres violan porque ellos hacen y aplican la ley, porque ellos son la ley. El sistema patriarcal y machista no puede ir en contra de sus intereses. Es muy necesario y vital que las mujeres adquieran conciencia de clase para que, colectivamente, se dispongan a luchar contra la dominación de los hombres, que adquiere su máxima expresión terrorista en la violación.

Explotación sexual infantil
Las mujeres y las niñas son las que más sufren las discriminaciones en todas sus formas. Las niñas y los niños para el patriarcado también tienen la identidad de objetos, por una parte suponen la fuerza de trabajo futura, y por desgracia todavía en muchos países, presente, ya que la mano de obra infantil sigue estando muy extendida y por otra son una fuente para el placer y el goce de los adultos, que encuentran en la explotación sexual infantil el espacio perfecto para ejercer el poder y dominar. Esto ha sido así desde que el patriarcado existe como sistema social en todas las culturas y rincones de nuestra geografía mundial donde las niñas y niños son propiedad del pater familias y del Estado, estos por tanto tendrán que cumplir con la voluntad (a veces alzada a lo divino) de estas instituciones. A pesar de los grandes avances en materia de protección de los DDHH en la infancia, todavía queda un recorrido muy largo, para transformar la realidad de la explotación y abuso infantil y lograr erradicarla. Ya que esta atiende a las mismas bases que la violencia contra las mujeres y es otra forma de terrorismo machista. La realidad de los abusos sexuales en la infancia sigue siendo abrumadora y mucho más frecuente de lo que se piensa, una de cada cuatro niñas y uno de cada siete niños sufre abusos sexuales en España antes de cumplir 17 años, se estima que más de 20.000 menores son víctimas de abusos y explotación sexual, siendo niñas el 75%. En torno al 90% de los abusadores son hombres (320 personas fueron condenadas en 2017, 316 hombres y 4 mujeres, datos del INE). La mayoría de los casos quedan invisibilizados, porque la persona que abusa es cercana al ámbito familiar, por lo que solo podemos ver la punta del iceberg. En torno al 50% de estas vejaciones se ha cometido de forma reiterada por: padres, abuelos, tíos, primos, hermanos, familia extensa, vecinos, profesores, amistades de la familia, desconocidos etc.

La violencia sexual es la mayor causa de embarazos adolescentes.
La prostitución infantil es otra de las formas más extendidas de explotación sexual de menores, la tendencia de los puteros es cada vez más perversa en este sentido, se ve claramente reflejado en la creciente demanda de chicas jóvenes y niñas. En torno al 50% a nivel mundial, de las mujeres en prostitución, fueron captadas cuando aún eran menores de edad. Teniendo en cuenta el ritmo frenético al que ha crecido la Industria del Sexo en la última década y la especialización de la misma, no es de extrañar que estas cifras hayan ido en aumento.

Vientres de Alquiler
La llamada maternidad subrogada (término que se usa para esconder la explotación y el negocio que supone esta práctica) supone una clara vulneración de los derechos humanos, al tratarse de un tipo de violencia ejercida contra las mujeres. En España a día de hoy es una práctica que no está legalizada, así lo recoge la Ley 14/2006 de 26 de Mayo sobre técnicas de reproducción asistida LTRHA, que en el Art. 220.1,2 y 3 tipifica como delito la entrega, intermediación y recepción de un hijo por un precio determinado, cuya pena es de hasta 5 años de cárcel, aunque la “transacción” se hubiese realizado en territorio extranjero. Como pasa con la explotación sexual en la Industria del Sexo, las mujeres pobres y en situación de vulnerabilidad son las principales afectadas y de las que se nutre este lucrativo negocio. La compra de un vientre cuesta entre 50.000 y 200.000 euros, de los que solo 10.000 van a parar a las mujeres explotadas, en el mejor de los casos. Estamos ante otra forma más de explotación y cosificación de las mujeres. Para satisfacer los deseos de paternidad/maternidad de familias adineradas, anteponiendo estos a los DDHH, se impone la lógica del capitalismo, siendo el poderoso el que adquiere la mercancía, en este caso los niños y niñas comprados, provenientes de mujeres explotadas y pobres. Supone graves secuelas para las mujeres tanto a nivel físico como psicológico, al tratarse de un proceso extremadamente invasivo y verse sometidas a un control total de sus cuerpos y vidas durante los meses de gestación. Promueve el tráfico y la trata de mujeres y menores de edad. A lo largo y ancho del planeta está generando verdaderas fábricas de bebés, donde las mujeres gestantes son tratadas como ganado y confinadas como si estuvieran en granjas. Con esta práctica están proliferando las mafias especializadas y a su vez la gestación de niños y niñas, para la venta de órganos y la pornografía infantil. Desde el PFE exigimos una respuesta firme por parte de los Estados, solicitando de inmediato el cierre y la desaparición de los centros dedicados a gestionar este tipo de transacciones con humanos, que se cumpla la ley existente y que esta práctica se considere como otro tipo de violencia machista, estableciendo las medidas pertinentes para evitar el brutal atentado que son los vientres de alquiler.

CONCLUSIONES
Es innegable que queda un largo recorrido para alcanzar una sociedad igualitaria y democrática. Esto aún sigue siendo un ideal por conquistar, pues cada día comprobamos cómo los DDHH de millones de mujeres, niñas y niños son pisoteados y vulnerados. Desde el PFE tenemos muy clara nuestra agenda en lo que a erradicación de la explotación sexual de las mujeres se refiere, para ello seguiremos trabajando duro sin olvidarnos nunca de que las mujeres somos una clase social explotada y sometida. Resumimos nuestras líneas de actuación para la erradicación de la explotación sexual de las mujeres, niñas y niños en los siguientes puntos:

1. Modificación de la Actual LEY ORGÁNICA 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Desde su aprobación en 2004, tenemos el triste balance de que se han asesinado por violencia machista a más de 1.000 mujeres en este período de tiempo; se calcula que 2.500.000 son maltratadas físicamente cada año; unas 15.000 son violadas y el número de niños asesinados por su propio padre, abusados sexualmente, secuestrados y desaparecidos es indeterminado por falta de estadísticas oficiales. La ley lleva en su propia redacción los fallos por los que se ha hecho completamente ineficaz, dejando en la indefensión a las mujeres, niñas y niños, mientras se ha producido una agresiva ofensiva de los hombres maltratadores, que la utilizan en su propio beneficio.

2. Desarrollo de un Marco Legal para establecer un Modelo Abolicionista de la Prostitución, al igual que ocurriera en 1999 en Suecia, con la Ley Sueca Por la Paz de las Mujeres, cuyo éxito se ve reflejado en la importante transformación social que ha experimentado este país, en materia de violencia machista y explotación sexual de las mujeres. Una ley que asume las raíces del problema de la prostitución: el patriarcado, para definir la prostitución como una de las formas más brutales de violencia que se ejerce contra las mujeres, niñas y niños en todo el mundo. A partir de ahí se trabaja colocando a las mujeres víctimas en el centro de la intervención, poniendo al servicio de las mismas todo un dispositivo de recursos humanos y materiales que les permitan salir del encierro y el secuestro, despenalizando a las mujeres víctimas y criminalizando a los perpetradores, es decir, puteros, proxenetas, mafias etc. Hoy día la trata de mujeres de otros países se ha reducido considerablemente, la sociedad ha cambiado su discurso y su praxis, el 80% de la población apoya el enfoque abolicionista e éste país, considera la prostitución una forma de violencia contra las mujeres, ha disminuido el número de puteros La prostitución ha disminuido dos tercios y las mujeres están recuperando y reconstruyendo sus proyectos vitales, logrando salir de la explotación sexual. Desde el PFE entendemos que la única vía posible para lograr la igualdad real y vivir en democracia, es la abolición de la prostitución, promoviendo así un cambio profundo en las sociedades.

3. Educación feminista, pública, laica y de calidad. Donde la educación sexual y la educación en valores feministas sean prioritaria, generando nuevas formas de relaciones entre las personas, entre los hombres y las mujeres, que nos permitan desmontar el sistema de clases y la opresión de las mujeres.

4. Mujeres Feministas en puestos políticos de poder. Que la paridad en la política se convierta en un hecho y no en una mera campaña oportunista para ganar votantes, dejando siempre en la cabeza a los hombres. Solo tenemos que echar un vistazo por el panorama político actual en nuestro país, para comprobar que el mundo sigue dominado por los hombres. Todos estos cambios de los que hablamos solo serán posibles con el feminismo como abanderado de los mismos. Para ello la política necesita un giro de 180 grados y que las feministas puedan conquistar puestos de poder para por fin representar y actuar en pro de los intereses y necesidades de las mujeres.

Tesis del Partido Feminista de España​

¿Prostitución o Trata? ¿Esclavitud o Trabajo Sexual?