Elecciones Municipales y Autonómicas
Prefacio PFE "Madrid Feminista y Solidario"
Prefacio “Madrid Feminista y Solidario”
Queremos recordar que el Ayuntamiento es, según la definición de la Real Academia de la Lengua, “Corporación o grupo de personas integrado por un alcalde o intendente y varios concejales que se encargan de administrar y gobernar un municipio”. Pero esta simple y obvia definición no abarca todo lo que significa esa frase: “se encarga de administrar y gobernar un municipio”.
El Ayuntamiento es nuestro segundo hogar. El abrigo, vivienda y protección que los ciudadanos deben encontrar en la ciudad o pueblo donde residan.
Del Ayuntamiento depende que existan viviendas asequibles para todas las capacidades económicas y no sea posible que personas, y hasta familias enteras, sobrevivan en las calles. Así cómo dispongamos en nuestros domicilios de agua, de electricidad y de gas, de conexiones telefónicas y digitales. Es preciso que las calles estén asfaltadas y sean transitables, de que existan transportes para moverse por el municipio y poder acudir a los trabajos, a visitar a los familiares y amigos y a los centros de ocio. Es imprescindible que el Ayuntamiento cuide del buen estado de las alcantarillas y los desagües, que organice un buen sistema de recogida y destrucción de basuras y de residuos, sin que el que los ciudadanos vivirían en condiciones medievales y estarían en constante peligro de aumento de roedores e insectos y de infecciones.
El Ayuntamiento tiene que preocuparse y cuidar de los menores, desde los 0 años para proporcionarles lugares de cuidado, de enseñanza y de ocio, que además de formarles para el futuro en que serán los nuevos ciudadanos, permitan a las madres incorporarse a un trabajo asalariado en el que obtengan la remuneración que se merecen y se realicen como ciudadanas activas. Es imprescindible que constituyan y administren las residencias para personas de la tercera edad, a las que nuestra sociedad, egoísta y cruel, abandona cuando ya no son productivas y padecen patologías diversas provocadas por la edad y el esfuerzo de sus años de trabajo, después de haber sido los constructores de la sociedad en que se encuentran las generaciones siguientes. Tiene que disponer de instituciones adecuadas para enfermos crónicos y personas con discapacidad, si no queremos regresar a épocas siniestras de nuestra historia. Es imprescindible que los consistorios creen centros y hogares de acogida para las mujeres y los menores maltratados por la violencia machista. Es preciso que el Ayuntamiento tome a su cargo a las personas sin techo, que sobreviven en la calle como en los tiempos medievales. Y es preciso que cuide de que exista orden y paz en ese espacio donde todos los ciudadanos y ciudadanas españoles residimos.
Sin una buena administración municipal los españoles viven en lugares insalubres, violentos, sin cubrir sus necesidades, y faltos de las comodidades que en este siglo ya se han obtenido y son imprescindibles.
Estas son las responsabilidades que asumen los gobiernos de los Consistorios, y prometen los que a ellos se postulan en sus campañas electorales, que deberían cumplir con el agrado que supone servir a su pueblo. El mal funcionamiento de los servicios municipales, que se ha convertido en permanente y endémico, con casos extremos como el del barrio de la Cañada Real en Madrid, que está sufriendo la falta de fluido eléctrico desde hace cuatro años, donde residen cuatro mil personas, trescientas de ellas niños, sin que la autoridad municipal de Madrid tenga ningún plan ni propósito para resolver esta inaceptable carencia.
Nosotras planteamos ante ustedes, gobernantes de nuestro Consistorio, y ante los ciudadanos y los votantes, este programa electoral que contiene las propuestas fundamentales para convertir nuestra ciudad en el segundo hogar de nuestra vida, donde dispongamos de los servicios que cubran nuestras necesidades, sintamos que nuestros problemas son acogidos como propios por los administradores del consistorio que trabajan para resolverlos, y la armonía, la solidaridad y el trabajo común en nuestra cotidianidad hagan que la vida sea agradable y digna de ser vivida en este siglo XXI.
¿Y es así en la actualidad en el primer cuarto del siglo XXI?
Hemos asumido, a tenor de la propaganda masiva con que nos aturden y nos engañan los políticos que desde 1979, en que se celebraron las primeras elecciones municipales de la democracia, ocupan los cargos directivos de las corporaciones municipales, que los presupuestos de que disponen los Ayuntamientos son escasos para atender las necesidades de la ciudadanía.
La información que nos ofrece la Alcaldía dice que el presupuesto no financiero del Ayuntamiento de Madrid para 2023 alcanzará los 5.282 millones de euros, 259 menos que este año y 421 millones de euros menos de los 5.703 millones que el equipo de gobierno había incluido en su proyecto de presupuesto para el próximo año. Este presupuesto tiene consecuencias muy negativas para la ciudadanía de Madrid: decaen subvenciones nominativas muy importantes a nivel social y cultural, no se podrán implantar nuevos servicios para la ciudad ni construir una treintena de nuevos equipamientos, ni tampoco iniciar o concluir obras proyectadas para continuar transformando la ciudad, entre otras muchas actuaciones.
Nosotras sabemos que el equipo de gobierno de la ciudad no tiene ninguna intención de favorecer las demandas ni las necesidades de la ciudadanía. Es una constante en la actuación del Ayuntamiento de Madrid que no se den explicaciones a los ciudadanos del verdadero destino de los ingresos que manejan, y al haberse debilitado tan dramáticamente la oposición de izquierda, está siendo imposible controlar las cuentas de la ciudad más grande de España.
Pero tenemos el ejemplo y la memoria de Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, del mismo Partido Popular, que con cincuenta cargos municipales más fue procesada por corrupción, y de Ignacio González, Presidente de la comunidad de Madrid, que estuvo en prisión casi todo el año 2017 por el caso de la malversación de los fondos del proceso del Canal de Isabel II, organización criminal, prevaricación, malversación, cohecho, blanqueo, fraude y falsificación documental, para ser readmitido inmediatamente al salir de prisión en el cuerpo de funcionarios del Ayuntamiento de Madrid. Así como otros dirigentes de esa formación política en la Comunidad de Madrid, que tuvieron, y algunos que todavía se mantienen, numerosos procesos por corrupción, cuyo resultado no conocemos pero que nunca nos compensaron por las tropelías que cometieron, apropiándose de los fondos públicos en beneficio propio y de su partido.
Los Consistorios se han convertido en grandes negocios para los que los dirigen. En la construcción, de todo tipo, desde viviendas públicas -que luego venden a fondos buitre–, edificios institucionales: la Ciudad de la Justicia, las sedes municipales, la reconstrucción y rehabilitación de los edificios más importantes –abandonados en su mayoría- y las calles, las aceras, las avenidas. Así mismo, otro sector de grandes negocios es la recogida de basuras y de residuos, que los consistorios municipales otorgan a empresas privadas donde operan las mafias más o menos encubiertas.
La protección, la ayuda y el bienestar de los ciudadanos no interesan a los que dirigen el consistorio municipal porque no dan beneficios sino gastos. Los partidos políticos que nos gobiernan no tienen como objetivo cuidar y hacer felices a sus ciudadanos sino instalarse en las instituciones para convertir su trabajo en un negocio rentable.
No se invierte en casas de acogida dignas para mujeres maltratadas y niños abandonados, ni en residencias para mayores donde se les cuide adecuadamente ni en centros de atención a personas con discapacidad. La población más vulnerable es la más despreciada y olvidada por los consistorios municipales, que deberían protegerlos y ayudarlos.
Se cree, por la propaganda sistemática con que nos hipnotizan, que el Ayuntamiento de Madrid no tiene fondos para cubrir las necesidades más perentorias, y ese es el mismo discurso para todas las ciudades, pero la ciudadanía no sabe que precisamente las actividades municipales son las que más riqueza acumulan. Antes tiene déficit el Estado o las Comunidades que los Ayuntamientos. Ellos son productores de ingresos muy sustanciosos con el sector de la construcción y el inmobiliario, el del comercio, de la restauración, el del ocio, el de la recogida de basuras y de residuos y de industria. Todas las licencias y permisos necesarios para realizar esas tareas se cobran por los Ayuntamientos. Son los productores de actividades imprescindibles que generan los beneficios institucionales más seguros. Y sin contar las comisiones, coimas, informaciones privilegiadas y otros delitos que jalonan muchas de esas actividades.
Lo más indignante es que los Ayuntamientos en España tienen en este momento un superávit de 37.000 MILLONES DE EUROS, y que no gastan porque dicen que las normas legales se lo impiden. Mientras ni la oposición ni la ciudadanía exigen explicaciones a los gobernantes sobre esta anomalía que tiene a la ciudadanía abandonada, mientras ese dinero está engordando las arcas de los bancos.
El descubrimiento de tramas de corrupción en la Policía Municipal de Palma de Mallorca, en la de Santa Pola (Valencia), en la de Alicante, en la de Llinars del Vallés (Barcelona) y recientemente en la Policía Municipal de Madrid, que protegía la trama de tráfico de drogas de Ivo el búlgaro- con otros muchos casos a lo largo y lo ancho de la geografía española- demuestran que ser funcionario municipal puede ser muy rentable.
EL PARTIDO FEMINISTA DE ESPAÑA luchará por sustituir a esa pléyade de partidos cómplices de tales conductas deplorables que arruinan nuestra ciudad. Y no promete, sino que se compromete a hacer una gestión honrada y productiva para cubrir las necesidades de nuestras ciudadanas y ciudadanos a fin de que Madrid les proteja y les proporcione los servicios imprescindibles para que sea la ciudad habitable, amable, cómoda y hermosa que podría ser.
Prefacio “Madrid Feminista y Solidario”