La OTAN nos protege
La última información de que el llamamiento de ayuda del gobierno de España a la OTAN pidiéndole mascarillas y respiradores ha sido contestado positivamente por Luxemburgo, Letonia y Turquía, nos debe llenar de satisfacción y agradecimiento. Sobre todo con Turquía que se muestra tan generosa cuando ella misma debe de tener algún déficit también de avituallamiento sanitario. Y por ello, el Secretario General de la OTAN ha manifestado en Twitter «que está orgulloso de ver a los aliados apoyándose mutuamente» y tiene un hastag «Juntos más fuertes». Al mismo tiempo los titulares de la prensa dicen que «los grandes de la OTAN ignoran la petición de ayuda de España«. La petición de apoyo ha sido respondida por la República Checa, Turquía y Letonia, sin que tradicionales aliados como Estados Unidos o Francia hayan remitido material por el momento».
Se supone la decepción del gobierno de España cuando Francia, Alemania, Bélgica u Holanda, ni siquiera han contestado a su demanda de auxilio.
Ya sabemos que Francia y Alemania acapararon los suministros sanitarios que estaban en el mercado y prohibieron su exportación, en una respuesta rápida y contundente a la alarma de pandemia, demostrando con ello que están preocupados por la protección de sus ciudadanos y que saben cómo organizarla, aunque se muestran poco proclives a desprenderse de sus materiales para auxiliar a otro país aliado. Se hace cierta una vez más la afirmación de que son los pobres los que ayudan a otros pobres.
Eso sí, el señor Stoltenberg ha manifestado, muy rotundamente «Que Rusia no se equivoque; la OTAN mantiene intactas sus capacidades«. El secretario general de la OTAN advierte a Putin de que la alianza militar no bajará la guardia durante la pandemia. Y añade: «La principal responsabilidad de la Alianza es garantizar que esta crisis sanitaria no se convierte en una crisis de seguridad, que nadie pueda aprovecharse de esta situación para socavar nuestra seguridad. Por ese motivo debemos garantizar que la organización mantiene su disponibilidad operativa.»
Sorprende esta advertencia tan contundente dirigida a Putin, porque no puedo imaginar qué planes de invasión o de ataque podría estar barajando el mandatario ruso, precisamente cuando la pandemia nos ha atacado a todos, aunque naturalmente yo no tengo las informaciones de que debe disponer el aparato de inteligencia de la OTAN.
Pero ante el malestar, cada día más evidente, de la situación que están viviendo los ciudadanos europeos, y pienso fundamentalmente en los españoles, que ya hemos alcanzado el primer puesto del ranking de infectados y fallecidos de Europa, quizá lo que están barajando el señor Stoltelberg y sus ayudantes y consejeros es la posibilidad de que se produzcan algunos brotes de inconformismo en la ciudadanía española. Sería lo más lógico si ciertos sectores sociales, atacados no sólo por el virus sino también por el hambre, la falta de vivienda, de trabajo, el abandono sanitario, el fallecimiento de sus padres, consideraran que más vale morir luchando por cambiar el sistema que por la falta de respirador.
Y aunque semejante cálculo y propósito es poco probable en las sociedades europeas que, comparadas con las latinoamericanas y las africanas, viven en condiciones de mucha confortabilidad, Stoltelberg y sus ayudantes y consejeros deben haber contemplado semejante posibilidad en un futuro cercano. Sobre todo, cuando aplacada la pandemia, salgamos a la calle a buscar trabajo y a realizar las actividades que antes desarrollábamos y no encontremos ni uno ni otras. Y como en la Gran Depresión de 1929 las masas de desempleados vaguen por las calles y los campos intentando encontrar la manera de sobrevivir, la Alianza puede temer y debe prevenir cualquier brote de sublevación.
Es bueno, entonces, garantizar a los gobiernos que ahí está la OTAN para mantener el orden y la estabilidad de sus países. Porque nunca se sabe cuándo la mansedumbre de los ciudadanos que salen todas las tardes al balcón a aplaudir a los sanitarios puede convertirse en la rabia que deberían tener ante la impotencia de ver cómo enferman y mueren sus seres queridos, y en vez de dedicarse dar palmas y repetir canciones consoladoras y tranquilizantes se deciden a ir a asaltar la Zarzuela y la Moncloa, cantando La Internacional.
Para evitar tan desagradables sucesos está la OTAN. Que nadie olvide, y no solo Putin, que la Alianza Atlántica tiene contingentes en España suficientes para ayudar a la policía y al ejército españoles a sofocar cualquier intento de revolución. Que el orden y la estabilidad de los gobiernos de los países que forman parte de la coalición son objetivos fundamentales y prioritarios del Tratado que firmaron en Washington el 4 de abril de 1949 Francia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y el Reino Unido llamado Tratado de Bruselas, con el que creaban una alianza militar, la Alianza Atlántica y que hoy contiene veintinueve países, incluida España.
El ex primer ministro de Noruega reconoce que el terrible impacto del coronavirus en España le conmueve de manera especial. «Me siento muy ligado a España, un país que he visitado muchas veces desde niño, tanto de vacaciones como por trabajo«. Stoltenberg aprovecha para mandar sus condolencias a los familiares de los fallecidos por la pandemia y para «aplaudir a las autoridades españolas por la gestión de la crisis» y a los ciudadanos españoles «por la solidaridad y unidad que muestran en tiempos tan difíciles». También elogia la actitud de las fuerzas armadas españolas «por su apoyo a la sociedad civil». «He visto que están ayudando a desinfectar espacios públicos, a controlar los pasos fronterizos y ofreciendo asistencia sanitaria«, celebra el secretario general de la Alianza Atlántica. «Eso muestra que las fuerzas armadas están ayudando a la sociedad civil a capear esta difícil crisis sanitaria». «El multilateralismo saldrá fortalecido. Y las organizaciones multilaterales como la OTAN ganarán en importancia porque esta crisis pone de manifiesto que es imprescindible la cooperación transfronteriza. El virus no respeta fronteras. No estamos ante un reto nacional, sino ante un desafío internacional que requiere una respuesta conjunta. Y esa respuesta se desarrolla mejor si tenemos instituciones multilaterales. Y la Alianza tiene un papel importante que jugar. La OTAN coordina y moviliza el apoyo de los aliados.»
Así, desde marzo, treinta mil efectivos de las fuerzas militares de Estados Unidos han viajado a distintos países europeos para efectuar maniobras mostrando su capacidad guerrera, en una evidente maniobra de presunción y provocación frente a su eterna enemiga Rusia, Los países más grandes e influyentes de la OTAN están siempre dispuestos a mostrar su potencial militar, cueste lo que cueste, incluso en tiempos del corona virus. Pero no a enviar las mascarillas y los aspiradores que le faltan a España.
4 de abril de 2020
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Lidia Falcón O’Neill es autora de numerosos artículos, que pueden consultarse en la siguiente dirección