COMUNICADO DEL PARTIDO FEMINISTA DE ESPAÑA ANTE EL APLAUSO DE LA APDHA (Asociación Por Derechos Humanos de Andalucía)
A la creación del sindicato de trabajadoras sexuales OTRAS. Y a la sección sindical propia dentro de la Intersindical IAC (Intersindical Alternativa de Cataluña).
El PFE quiere hacer una llamada de atención ante este aplauso de nada menos que de una Asociación Pro Derechos Humanos, la APDHA.
Desde las palabras de Lidia Falcón: “ Defender la lucha por construir una sociedad igualitaria, fraternal, solidaria con todas las causas de los oprimidos del mundo, en unos años se ha transformado en la aceptación-incluso la defensa-de la prostitución, una de las formas más opresoras y despersonalizadoras de la esclavitud femenina”.
El llamado trabajo sexual, que no es sino el primer paso para legitimar una forma de esclavitud, queremos decir desde el PFE, la importancia de lograr un compromiso político y social firme hacia la igualdad real entre hombres y mujeres. Para ello es necesario que el Estado asuma políticas concretas, generando las condiciones para que ninguna mujer tenga que someterse a la explotación de su cuerpo y para que ningún estado ni ninguna red criminal se lucren de la misma.
Más allá de ser una cuestión de liberación sexual o voluntariedad, la realidad está marcada por el sometimiento y la opresión, tal y como se definió hace más de sesenta años en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en 1948, y más concretamente en el marco de las Naciones Unidas en el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena de 1949. Más de medio siglo después los países firmantes no cumplen con este mandato legal y otros tantos están asumiendo políticas regulacionistas.
El trabajo ahora en España debe centrarse en eliminar esta lacra social, despenalizando a las mujeres prostituídas y penalizando a los prostituidores, como ya lo indicara dicho convenio.
En Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca e Islandia se ha abolido, penalizando a los proxenetas y a los clientes y protegiendo e insertando a las mujeres, y en Francia se está planteando un Proyecto de Ley contra la prostitución en la Asamblea Francesa.
Todas ellas nos hacen llegar su adhesión y su apoyo a nuestra tarea, y esperamos que entre todos ganemos esta guerra contra ese infame tráfico de personas, sin que ni la Iglesia Católica, ni organizaciones religiosas ni los sindicatos civiles de solidaridad se impliquen en la abolición de lo que la ONU ha definido como la moderna esclavitud, por más antigua que sea.
La gran mentira, es difundir la idea de que la prostitución no es más que un trabajo, tan regular y habitual como otro cualquiera.
La prostitución únicamente es un negocio rentable para los empresarios.
Es la explotación sexual de los cuerpos de las mujeres y niñas/os puestos al servicio de las necesidades y deseos de los hombres, que se consideran naturales e inamovibles.
El éxito de la prostitución radica en la firme alianza que existe entre la institución del patriarcado y el capitalismo. A día de hoy en España casi el 40% de la población masculina ha sido o es putero. Hablar de prostitución es hablar de personas de trata y esclavitud. En la actualidad cada año 1,39 millones de personas en todo el mundo son sometidas a esclavitud sexual, la mayoría mujeres y menores.
En España son traficadas más de 500.000 mujeres anualmente, por lo que ostenta el triste record de ser un país con mayor número de puteros y el primer destino para el turismo sexual de toda Europa.
La trata, las armas y las drogas son las actividades que más capital mueven en el mundo: en España permiten subir el PIB en un 4,5%, lo que implica poder maquillar las cuentas públicas del Gobierno. El sistema neoliberal se enriquece del trabajo explotado de las mujeres y de la violación de sus derechos.
De ninguna manera puede considerarse esta decisión como libre o voluntaria, pues la carencia de otras opciones resta todo cariz de libertad a esta forma de vida. Numerosos estudios demuestran un largo historial de violaciones en la vida de estas mujeres. Entre un 55 y un 90% de las mujeres prostituídas fueron víctimas de agresiones sexuales durante su infancia y el 59% víctimas de maltrato.
La Prostitución es una forma de Violencia más hacia el cuerpo de las mujeres y degrada su dignidad como persona. Así desde el PFE queremos decir:
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
(Declaración Universal de los Derechos Humanos). 2-9-2018