Manifiesto del Partido Feminista de España sobre el caso Errejón
Después de haber observado durante unos días las diferentes facetas que ha mostrado el caso Errejón, a fin de tener el conocimiento más completo del mismo, la Comisión Política del Partido Feminista de España,
MANIFIESTA:
Que la conducta del señor Errejón no difiere en mucho de la que tienen otros señores y cargos políticos, aunque no se hace pública, pero que en este lo que agrava la situación es el cargo político que ostentaba en una organización que se postula de izquierda. Resulta ridículo y al mismo tiempo detestable que Íñigo Errejón se haya hecho famoso por sus discursos contra el poder y aparentemente en defensa de los desfavorecidos y de la mujer, cuando su conducta privada era depravada.
Pero el escándalo es mayor cuando se conoce que los dirigentes de su partido Más Madrid y muchos de sus militantes, conocían sus hazañas. Esta agravante se agrava aún más cuando sabemos que Yolanda Díaz, la expresidenta de SUMAR, a cuya coalición se sumó Más Madrid, también estaba enterada de la extraña conducta de su portavoz. Y aún así lo escogió para que representara a la coalición.
Todo este entramado, que he expuesto muy resumido, hunde en el ridículo y el desprestigio no solamente a SUMAR y sus componentes sino también en general al ámbito de la izquierda.
Estamos viviendo, desgraciadamente, una época de degeneración de los partidos, organizaciones y líderes de la supuesta izquierda.
La conducta de Errejón no es única, y podríamos decir que ni sorprendente si se conoce la manera de actuar de muchos de los dirigentes de la empresa, de la política, del cine, de la televisión, del teatro, de la ópera… alguna de cuyas biografías ya conocemos. Lo inaceptable es que ese señor haya sido modelo de dirigente político de izquierdas, con el beneplácito de su partido y el de otros muchos de la misma línea.
Que Pablo Iglesias, su más íntimo amigo y colaborador, del que se separó y llevó a Errejón a formar otro partido que rivaliza con Podemos, se haya callado las hazañas de aquel, y ahora, parece que indignado, vuelva la política a rescatar el buen nombre de Podemos, es también ridículo. Las discrepancias y enfrentamientos que mostraron los dos no eran por la conducta sexual de Íñigo. Y nos preguntamos, sorprendidas y tristes, cómo es posible que Yolanda Díaz, Ione Belarra, Carolina Bescansa, y otras de las dirigentes de los partidos que forman esa amalgama de SUMAR, hayan sido también encubridoras de las hazañas de su compañero, al que entregaron nada menos que el papel de representación de la alianza que habían formado.
Las preguntas sin respuesta se amontonan. ¿Es que esas políticas no consideran inaceptable que Errejón mantuviera su puesto político a pesar de las agresiones sexuales que practicaba contra las mujeres? Porque ya se ha hecho público que todas las conocían. ¿O consideran que esa conducta queda escondida en el ámbito de lo privado y no hay que contabilizarla en el de lo público? Después de tanto como hemos repetido en este último medio siglo que “lo privado es público”.
Hemos leído también los comentarios de los usuarios de las redes sociales, incluyendo muchas mujeres, que culpabilizan también, o sólo, a las que fueron víctimas de los ataques errejonistas. Que si estaban de acuerdo con esas prácticas, que si no se ha probado y por tanto no se respeta la presunción de inocencia, etcétera.
Nuestra indignación por el suceso se magnifica porque acaece en el mes de noviembre de 2024, no de 1824 o ni siquiera 1924. Este acontecimiento es prueba evidente de que para muchos partidos y para las que presumen de feministas, este calificativo es inapropiado. El feminismo se ha convertido en un fetiche, una marca de lujo de la que hay que presumir, en esta democracia woke de que disfrutamos en la actualidad, sin tener ninguna convicción de su ideología ni por supuesto someterse a su práctica.
En el “caso Errejón” no hemos de olvidar que lideraba la tendencia que reclama la regulación de la prostitución, la pornografía, los vientres de alquiler y la ley trans. El voto de su formación se sumó a los del PSOE y Podemos, para aprobar la ley. Y reclamando que el feminismo debía defenderla, porque las que nos oponíamos a ella éramos tránsfobas y cuasi fascistas.
Quienes nunca han tenido una formación marxista, y peor, la detestan, para quienes el feminismo se reduce a alguna reclamación económica o rechazo de la moral católica, son en realidad representantes del capitalismo liberal que nos domina, y su pretensión de representar a la izquierda en el ámbito de la política, y de hacer sus campañas y presumir de ello es una de las formas más detestables de la hipocresía y la mentira que son la marca de identidad de la derecha.
Esta manera de actuar ha llevado al desapego de los trabajadores de los partidos de la izquierda y ha llevado a la irrelevancia al Movimiento Feminista, y nos está conduciendo a una involución trágica de las luchas por la igualdad y el feminismo. En toda la historia de nuestra lucha no se había producido un fenómeno semejante, ya que desde hace dos siglos no se disimulaban y pervertían torticeramente los principios políticos y morales del socialismo y el feminismo. La derecha los detestaba y la izquierda los defendía. Ahora tanto la derecha como la izquierda destruyen el camino de un cambio revolucionario que pudiera promoverse con la lucha de la izquierda, porque en realidad los que la representan no lo son aunque lo finjan.
Las necias explicaciones que ha dado el señor Errejón de su conducta, achacándola a la influencia y a la fuerza del Patriarcado resultan más risibles que indignantes. Según ese criterio será imposible que haya hombres no ya feministas sino simplemente decentes, porque el Patriarcado sigue existiendo y teniendo la fuerza que tiene, como el Capitalismo, y en consecuencia ya podemos perder la esperanza de vencerlos. Debemos conformarnos con manifestarnos en la calle dos veces al año y escribir en las redes sociales, mientras nuestros “compañeros” nos meten mano debajo de la falda y nosotras “los comprendemos” porque son producto de la educación machista que rige nuestra sociedad. No se ha visto renuncia y derrota más triste en ninguna de las guerras que ha librado la izquierda a lo largo de su larga y dolorosa historia.
Madrid, 2 de noviembre 2024.
Lidia Falcón, Presidenta del Partido Feminista de España.
Manifiesto del Partido Feminista de España sobre el caso Errejón.
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Lidia Falcón O’Neill es autora de numerosos artículos, que pueden consultarse en la siguiente dirección