Situación Política Internacional

Por Cristina Serrano
Situación Política Internacional

Plenario 8 de octubre de 2022

Ponencia Situación Política Internacional

Situación Política Internacional – El avance y a la vez caída neoliberal en el mundo está siendo tan rápido y tan radical que una tiene que mirar hacia atrás para rearmarse ideológicamente para no sucumbir en la confusión. Y en esta retrospectiva me encuentro con el que nunca hay que olvidar a Marx, incluso las mujeres más que nunca debemos reivindicarlo.

Hago una diferencia entre marxismo y comunismo: El marxismo es un sistema filosófico y de análisis histórico de la realidad objetiva y el comunismo es un sistema económico abstracto que necesita del sistema socialista en un sistema económico capitalista.

Basándome en estos postulados, Marx elabora una teoría de la realidad social denominada «Materialismo Histórico». Esta teoría dice que en la base hay una estructura económica donde coexisten dos clases sociales: la de los capitalistas o explotadores y la de los proletarios o explotados. Por encima de la estructura económica está la superestructura ideológica (política, derecho, moral, religión, filosofía y arte) que conforma la «conciencia social». La estructura económica condiciona la superestructura ideológica y ésta justifica a aquella, a la vez que procura su supervivencia. Los sistemas político, jurídico y religioso forman el esqueleto fundamental de esa conciencia social o superestructura.

Extrapolando esta reflexión marxista a la actualidad, voy a hacer un análisis de cómo está la situación internacional basándome en varias tesis que iré desarrollando a modo de pinceladas breves para ir construyendo un puzle donde las piezas encajen, que fomenten el debate en el PFE y por qué la necesidad de que las mujeres nos organicemos en un partido político marxista y feminista.

1ª Tesis:

Desde la caída de la URSS, el enemigo principal de todos los pueblos del mundo es EE. UU. que está a la ofensiva mundial por estar en declive económico, social y político. Este hecho ha propiciado la emergencia de los Países Brics y a la vez la escalada bélica con Rusia y China, siendo este segundo país el foco primordial que dará un giro a nuevos repartos mundiales de capital y mercados.

2ª Tesis:

La intervención rusa en Guerra de Ucrania, que empezó provocada por EE. UU el 20 de marzo de 2014, y que el episodio bélico a escala mundial empezó el 24 de febrero de 2021 marca acontecimientos políticos, económicos y sociales de gran magnitud como la posible fragmentación y el declive de Europa, además del peligro de guerra mundial.

3ª Tesis:

La estrategia de EE. UU. de obligar a Europa a sancionar a Rusia por la invasión rusa en Ucrania está provocando que aumenten las contradicciones entre EE. UU. y Europa con posibles estallidos sociales y políticos como en Francia y Alemania.

4º Tesis:

El Capital y los Bancos europeos y mundiales, es muy probable que sufran colapso económico que tenga que resolverse con una posible guerra mundial si no se paran con estallidos revolucionarios.

5ª Tesis:

EE. UU. y los países aliados de la OTAN están enviando tropas y armamento a Ucrania, exigiendo EE. UU. a sus países vasallos un aumento del 2% en gasto militar en detrimento de las economías autóctonas.

6ª Tesis:

Aumento de los populismos de ultraderecha en Europa. Nos situamos en una recesión de derechos y libertades sin precedentes en la ciudadanía mundial. Volvemos a una situación de retroceso similar a la de la II Guerra Mundial con un resurgimiento del fascismo.

7ª Tesis:

Posibles caídas de las Monarquías europeas entre ellas la española: Muerte de la Reina Isabel II y subida al trono de Carlos III, monarca corrupto y lleno de escándalos que acelerará el proceso de degeneración de la Monarquía Inglesa

Introducción

Es imprescindible recordar que esta ofensiva por parte deEE. UU. comienza el 9 de noviembre de 1989 cuando se produce la demolición del Muro de Berlín en el final del mandato del Presidente de los EE. UU., Ronald Reagan y el principio del mandato George Bush padre.

El Capital Monopolista y globalista de EE. UU.  expandió con todos sus tentáculos su hegemonía, desde las guerras que organizó a los países que intentaron experiencias socialistas después de la II Guerra Mundial como la URSS, Cuba, Corea, Palestina, Congo, Angola, Mozambique, Ghana, Guinea Bissau, Vietnam, Nicaragua, Indonesia, Afganistán, a la Guerra Fría contra la URSS destacando su labor destructiva desde el sabotaje interno a los bloqueos económicos, diplomáticos, culturales, deportivos, publicitarios, y sobre todo, la competición armamentística y espacial, que hoy en día se disputa con China. EE. UU. llevaba 70 años intentando derrotar al socialismo y lo consiguió.

Lo importante para el momento actual es poner de relieve que desde la derrota de la Unión Soviética la socialdemocracia no solo no gobierna en la mayoría de los países, sino que está siendo batida en todos aquellos donde había sido hegemónica como en Alemania, con el retiro de Merkel de la UE. Véase las últimas elecciones en Italia celebradas el 25 de septiembre de 2022 donde el partido de influencia mussoliniana gana el gobierno después del fracaso de un tecnócrata como Draghi. Y lo curioso es que gana una ultraderecha dirigida por una mujer, Meloni.

Pero es preciso recordar que, en la derrota, en el acoso y derribo del comunismo colaboraron muy activamente los Partidos Socialistas de todo el mundo, comenzando por la socialdemocracia alemana, que ilegalizó el Partido Comunista en la Alemania Federal en 1956 y que hubo de reconstituirse en 1968, ante la negativa del gobierno de legalizarlo.

En España el PSOE invirtió muchas de sus energías, cuadros preparados formados en la escuela alemana socialdemócrata como Felipe González y Alfonso Guerra, – dinero, publicidad y hostigamiento de las bases comunistas a desprestigiar, ridiculizar y perseguir al Partido Comunista.  Los errores y el hecho de venderse la dirección política del PCE al Eurocomunismo de la época y pactando con el AP y PSOE (Los Pactos de la Moncloa) que apoyaron una Monarquía Parlamentaria después del franquismo, sin tocar al Rey Juan Carlos I para poder llevar a cabo la Transición orquestada por la CIA americana, serían motivo de otro análisis). No se puede olvidar la consigna de Alfonso Guerra cuando afirmó que “a la izquierda del PSOE no había nada”, enviando a las tinieblas exteriores a los partidos comunistas de España. En esta ofensiva, el PSOE encontró como aliados fieles a la socialdemocracia alemana (La socialdemocracia pragmática de Willy Brandt), al Departamento de Estado de EE. UU., a la OTAN y al Mercado Común, a la Iglesia Católica y a la Antigua Alianza Popular.

Lo que no entraba en los cálculos de la socialdemocracia internacional era que aquella guerra desatada por todas las fuerzas reaccionarias contra los comunistas seguiría contra ella. Cuando vencieron al mundo soviético creyeron que los triunfadores eran los partidos socialistas. Sin rivales en la gobernabilidad del mundo, la socialdemocracia se erigiría en la única opción política para los trabajadores y para las clases medias –esas que habían construido los fascismos aliados del capital- y a las que todos ahora adoran.

Pues bien, desmontado el muro de Berlín y destruida la Unión Soviética, la socialdemocracia comienza a perder la hegemonía que tenía en los países en que se había hecho indispensable. Suecia pasa del 45% del voto en 1985 al 30,7% en 2010, y hoy tiene que gobernar en minoría con la alianza de los verdes. En Finlandia, pretendido modelo para los españoles, gobierna una coalición de centristas y el partido nacionalista antiemigración. En Dinamarca los xenófobos han conseguido que se organice una decidida ofensiva contra la emigración, en Noruega se ha hecho con el poder la derecha, en Alemania Ángela Merkel, imbatible, gobierna en coalición con los socialdemócratas que sirven de comparsas a la democraciacristiana. En Italia no solo el PCI se suicida, el partido de Betino Craxi se disuelve y su dirigente ha de huir a Túnez para no morir en la cárcel. En Grecia, el PASOC, después de haber sido partido gobernante, hoy asoma la nariz en el Parlamento con seis diputados. En Francia, François Fillon que ha ganado las primarias de la derecha representa lo más atrasado y reaccionario de las fuerzas católicas. Pero ya en 2002 Lionel Jospin pierde la oportunidad de enfrentarse a Chirac porque el Frente Nacional le ha arrebatado el puesto y temblequeante está ahora el Partido socialista ante las próximas elecciones que posiblemente ganará Fillon.

En el Reino Unido el partido conservador de Cameron gobernó desde 2010 a 2016 -en 2015 obtuvo la mayoría absoluta- con el resultado de que este año 2016, los xenófobos ganaron el referéndum para salir de la UE, y ahora la líder conservadora Teresa May va a hacer realidad el Brexit, mientras el partido fascista crece en influencia. En septiembre de 2022 con la muerte de Isabel II, un aliado sangriento desde los años 50 del siglo pasado de EE. UU., es el comienzo de la caída de la Monarquía inglesa, y como el dominó cae la pieza angular que llevará a las demás piezas monárquicas europeas como la española, y todo el nefasto legado de otro siniestro personaje corrupto como es Juan Carlos I. Asistimos cómo el sistema capitalista neoliberal sustentado en monarquías parlamentarias parasitarias empieza a quebrar, así como a nivel Financiero cómo la libra y el euro se devalúan frente el dólar, y cómo éste se devalúa frente al rublo y el yen con la guerra de Ucrania.

A la vez que la corrupción asola los partidos socialdemócratas, Carlos Andrés Pérez, presidente de Venezuela, acaba en la cárcel, y los Adecos, su partido, se convierten en irrelevantes. La transición a la democracia en Chile la dirige Ricardo Lagos, representante de la oligarquía, y cuando Michelle Bachelet fue presidenta de Concertación de Partidos por la Democracia para las elecciones presidenciales de 2005, ya no quedaba nada del proyecto socialista. Ni cuando regresa Bachelet, como la esperanza de la izquierda diez años más tarde, se puede considerar que cumple un programa socialdemócrata, como dan testimonio las sublevaciones de los estudiantes y de los médicos, y las mujeres perseguidas por practicar abortos.

La ofensiva de las oligarquías en América Latina aliadas a EE. UU. está triunfando y se muestra en la defenestración de Dilma Russef, cuya caza ha sido sin piedad, ante la satisfacción de los grandes poderes económicos, que han recibido encantados a Temer. Bolivia, Ecuador y Perú, cuyo recién elegido presidente, al que llaman “El Yanqui”, representante del capital estadounidense, están siendo cercados por las políticas del Pentágono. La lista de las víctimas de esta guerra haría larguísimo este análisis. 

Situación política, social y económica actual

En 2022 el mundo está inmerso en un caos después de la supuesta pandemia que provocó el capital un parón aparente en la economía, con una caída de más del 4% del PIB en términos globales pero, que en algunos casos como el de España superó el 10% en 2020. Según la Organización Internacional del Trabajo, en el pico de la crisis sanitaria 33 millones de personas se sumaron a las listas de desempleados o en ERTES y 81 millones salieron del mercado laboral. La clase más perjudicada hemos sido y somos las mujeres. El consumo de los hogares cayó un 5% de media mundial, con algunas economías de peso como Italia, España, Reino Unido, Argentina y México con descensos superiores al 10%. En economías dependientes de la movilidad internacional, la caída aún fue más pronunciada: Singapur (-14%), Macao (-16%) y Mauricio (-18%).

Los datos de 2021 indican que se han acrecentado las desigualdades entre países y dentro de ellos, y que esta bifurcación podría continuar ampliándose. Oxfam revelaba que la riqueza de los multimillonarios globales había aumentado en 3,9 billones de dólares desde el inicio de la pandemia, aproximadamente el mismo volumen que perdieron las clases trabajadoras siendo las mujeres el sector más vulnerable.

La intervención del Estado en la globalización ante la crisis ha ganado protagonismo para la gestión del capital y los monopolios, cada vez concentrado en menos manos. La clase media europea y el Estado de Bienestar se derrumba, la depreciación de algunas de sus monedas, el euro frente al dólar, la libra de Reino Unido, o posibles crisis de deuda soberana. Estamos al inicio de la Fragmentación europea que explicaré después con el conflicto de Ucrania.

Habrá despejar incógnitas en mi análisis:

  • El intento de las Burguesías Monopolistas de Estado mundiales de recuperación del capital en las economías desarrolladas que es posible que acabe en el colapso Financiero y económico;
  • El grado de vulnerabilidad de las economías de europeas frente a EE. UU. como Alemania, Reino Unido, Francia, y luego los llamados países PIGS donde se incluye España;
  • Las contradicciones importantes de las llamadas economías emergentes como China, Brasil e India;
  • El alza desmesurada de precios (inflación), los cuellos de botella y los atascos de suministros eléctricos como preocupación global;
  •  Y, por último, el grado de preocupación sobre la factibilidad e impacto del estallido de la burbuja china, especialmente tras el aviso dado por la crisis del holding inmobiliario Evergrande.

Tensión geopolítica que puede acabar en una guerra global y nuclear

Mientras la prensa occidental proOTAN aborda en septiembre de 2022 el sabotaje contra los gasoductos ‎‎Ucranianos Nord Stream y Nord Stream 2 como una especie de “crónica roja”, aquí ‎lo analizo como un acto de guerra contra Alemania en particular y contra la UE en general  además de contra Rusia por parte de EE. UU.  Los países de Europa occidental acaban de ‎perder súbitamente las tres vías que tenían para aprovisionarse con gas mientras que, acaba de inaugurarse un gasoducto que va a Polonia. Es de especial atención este dato. ‎
En su momento, el recientemente fallecido Mijaíl Gorbatchov vio la catástrofe de ‎Chernóbil 1986 como indicio de la inevitable disolución de la URSS Esta especie de  sabotaje contra los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 los veo como ‎el inicio de la caída económica de la UE, es decir su fragmentación.‎

La lucha de EE. UU. por mantener su hegemonía mundial ha pasado a una etapa decisiva.
Debido a la extensión de la OTAN hacia el este, lo cual viola el compromiso contraído ‎por Occidente de abstenerse de desplegar armamento estadounidense en Europa Central, Rusia, obligada a garantizar la defensa de sus extensas fronteras, se ve directamente amenazada.
En violación de los compromisos contraídos al término de la Segunda Guerra Mundial, ‎Washington instaló en Kiev el actual régimen de los «nacionalistas integristas» (simplemente ‎‎«nazis» en la terminología del Kremlin). Los «nacionalistas integristas» prohibieron a sus ‎compatriotas ruso parlantes hablar su lengua materna –el ruso–, los privaron de servicios ‎públicos y finalmente bombardearon sin descanso a los del Donbass. Al cabo de 8 años de ‎matanza, Rusia ya no tuvo otra opción que iniciar una intervención militar para poner fin al ‎calvario de las poblaciones ruso parlantes.
La tercera fase de la intervención silenciosa de Estados Unidos es la imposición de un cambio en ‎el aprovisionamiento energético a todos los países de Europa Occidental y de Europa Central. ‎Precisamente el mismo día de la puesta en marcha del gasoducto del Báltico (Baltic Pipe), los ‎dos gasoductos Nord Stream fueron puestos fuera de servicio mediante sabotajes realizados ‎con explosivos… y también se interrumpió el mantenimiento técnico del Turkish Stream.‎

La voladura parcial de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2 es el mayor acto de ‎sabotaje de toda la Historia. Y es un acto de guerra contra Rusia, pero también contra Alemania ‎por ser estos los países copropietarios (51% Rusia y 30% Alemania) que más recursos invirtieron en ‎esas infraestructuras de colosal envergadura. Pero es también un acto de guerra contra los demás ‎socios, que son Países Bajos (9%) y Francia (9%). Sin embargo, los Estados occidentales ‎perjudicados que acabamos de mencionar guardan silencio. ‎

Para realizar los atentados contra los gasoductos mencionados fue ‎probablemente necesario el despliegue de submarinos en las zonas ya identificadas por las ‎potencias de la región. Oficialmente no hay indicios, en el sentido “policial” de la expresión, pero ‎las “cámaras de vigilancia” (en este caso los dispositivos de sonar) ya “hablaron”. Los Estados ‎interesados saben con certeza quién es el culpable. Si no reaccionan, serán borrados del mapa, ‎políticamente hablando. Pero también es posible que estén preparando en secreto algún tipo de ‎reacción, que los convertiría en verdaderos actores políticos… cuando se decidan a concretarla. ‎

Después de la disolución de la URSS, EE. UU elaboró un Orden Mundial del ‎mundo que modifica radicalmente las relaciones internacionales, con derrocamientos de gobiernos ‎y el inicio de guerras, para imponer determinadas rutas al transporte de recursos energéticos. ‎Esa fue la principal actividad del vicepresidente estadounidense Al Gore durante 8 años, bajo ‎la administración Clinton. Y a eso mismo se dedica hoy Amos Hochstein, como consejero especial ‎del presidente Joe Biden. Basta recordar la guerra de Transnistria –un intento estadounidense de ‎apoderarse de un nodo de gasoductos – y la posterior guerra de Kosovo, para ‎construir el «Octavo Corredor», una vía de comunicación a través de los Balcanes, y ya tenemos ‎sobre la mesa las demás piezas del rompecabezas. ‎

Resulta especialmente difícil discernir a fondo la gravedad de la catástrofe que acaba de caer ‎sobre la UE sobre España por su situación geoestratégica y aumento de la independencia y vasallaje de Sánchez y que, muy probablemente, va a causar su derrumbe económico. Esa comprensión se hace todavía más difícil porque la UE ha tomado por sí misma varias ‎de las decisiones que van a llevarle a la quiebra. ‎

Hasta el 26 de septiembre de 2022, Rusia todavía era el principal proveedor de gas de la Unión ‎Europea. El gas ruso seguía llegando a la UE por el gasoducto Brotherhood –a través ‎de Ucrania–, por el Nord Stream o por el Turkish Stream. EE. UU., que ‎supuestamente garantiza la seguridad de la UE, acaba de cortar esas tres vías de ‎aprovisionamiento. Se puede pensar que el gasoducto Brotherhood todavía está ‎en funcionamiento… pero Kiev puede cerrarlo o inutilizarlo en cualquier momento mientras que ‎‎Nord Stream ha sido saboteado y Turkish Stream ya no puede recibir el mantenimiento ‎técnico que necesita porque lo impiden las sanciones que la UE ha adoptado.

Los franceses deben recordar la intentona de golpe de Estado militar que estremeció Francia ‎en 1961 y los subsiguientes intentos de asesinato contra el presidente Charles de Gaulle. ‎El propio De Gaulle fingió creer que los atentados contra su vida eran cosa de la OAS ‎‎(Organización del Ejército Secreto, siglas en francés), que se componía de franceses contrarios a ‎la independencia de Argelia. Pero el ministro francés de Exteriores de la época, Maurice Couve ‎de Murville, mencionó públicamente el papel del Opus Dei español y de la CIA estadounidense ‎en la organización y financiamiento de aquellos intentos de asesinar a De Gaulle. Este último ‎ordenó entonces que se abrieran investigaciones, identiicó a los traidores, reorganizó la policía ‎y el ejército franceses y, 5 años después, sacó a Francia del mando integrado de la OTAN, dio a ‎esta última 2 semanas para cerrar su sede (que estaba precisamente en París) y trasladarla a ‎Bélgica y además dio a ese bloque bélico plazos un poco más largos –pero bien definidos– para ‎concretar el cierre de las 29 bases militares que tenía en suelo francés. Posteriormente, el ‎presidente De Gaulle realizó una serie de viajes al extranjero, durante los cuales denunció ‎repetidamente la hipocresía de Estados Unidos, principalmente la guerra de Vietnam. ‎

La tensión en las grandes potencias mencionadas marcará el ritmo geopolítico global y condicionará el futuro a nivel mundial. La relación antagónica entre EE. UU.-China se ha consolidado como la rivalidad estructurante del sistema internacional que hará caer el sistema del capital basado en la opresión y dominación que tan bien desarrolló Marx. Y sobre las cenizas habrá que crear uno nuevo, lucha que corresponde a los pueblos del mundo. A esto se le suma el riesgo de escalada bélica en Ucrania. El gobierno títere proOTAN de Zelenski y su ejército de ideología neonazi ucraniano está trabajando al compás de EE. UU. para que Ucrania entre en la OTAN con claro objetivo de expansión de la OTAN y sobre todo el más importante, cercar a China. Junto con estas dos grandes rivalidades, resurgen tensiones entre estados como Argelia-Marruecos, China-India o, con menor intensidad, Egipto-Etiopía. El caso de España con Marruecos y con Argelia han aumentado las contradicciones con el gas ruso, y es muy posible que este invierno el pueblo español sufra apagones y recortes en electricidad, además de recortes en la distribución de alimentos de primera necesidad durante al último trimestre del 2022.

Al tomar el pulso de la tensión geopolítica buena parte de las miradas se posan también en Taiwán y la posible intervención militar de China. 2021 terminó con mayor preocupación sobre los efectos globales de un aumento de la tensión por Taiwán, sobre todo por las incursiones chinas en la zona de defensa aérea taiwanesa y con Xi Jinping advirtiendo que EE. UU. estaba jugando con fuego. Esto ha reavivado la intensa discusión sobre la sostenibilidad del actual statu quo, y sobre la inevitabilidad de un enfrentamiento entre las dos superpotencias. Taiwán no es el único punto de fricción. En 2022 habrá que estar pendiente de cómo esta rivalidad resuena en otros escenarios de competición como el Mar de la China Meridional, la península de Corea, la apertura de rutas árticas o las guerras comerciales. 

Hace sólo una década del anuncio de Barack Obama sobre el “pivot to Asia”. En 2021 se pudo comprobar que la apuesta estadounidense no sólo se mantiene, sino que se ha reforzado con el acuerdo de seguridad con Australia y Reino Unido como parte de la alianza AUKUS dejando de lado a Francia aumentando las contradicciones con este país. Durante la segunda década del siglo XXI, ha cambiado la definición del espacio donde se está jugando esta batalla, con la idea del ‘Indo Pacífico’ plenamente normalizada y ampliada. Esto está facilitando nuevas colaboraciones no sólo entre Washington y Camberra, sino también con Delhi y Tokio, insuflando así nueva vida al Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (QUAD).

Por su lado, China sigue desplegando su ambición en África, y amplía los horizontes de su influencia global en América Latina, para quien ya es su principal socio comercial. A las inversiones en infraestructuras y compras de deuda, en 2021 China incorporó la diplomacia de la vacuna a su caja de herramientas de política exterior. De cara a 2022 China ha prometido donar 2.000 millones de vacunas al mundo. Pero, lo que parece preocupar en Estados Unidos y otros países aliados son los avances en materia de computación cuántica, como lo indica que Washington haya incluido una docena de compañías chinas en una lista negra de exportación. Además, la asertividad militar de China es cada vez mayor y se refleja en el gasto en defensa –con una subida del 6.8% respecto al 2020–, y en las noticias sobre ensayos con armas hipersónicas.

En la Cumbre de la OTAN en Madrid del 29 y 30 de junio de 2022, se trazaron las líneas estratégicas de la OTAN y la función de Europa frente al tema de Ucrania con la consigna de expansión de la OTAN y la necesidad de crear guerras. Porque la guerra es un negocio como la muerte. La UE se verá obligada a concentrarse en lo más cercano si se dispara la tensión en Ucrania o con Belarús, o si aumenta la tensión entre España, Marruecos y Argelia. Un elemento común de la desestabilización en los dos vecindarios (oriental y meridional) de la Unión es el impacto en la agenda energética y migratoria, con el recurso a medidas de presión o incluso chantajes en materia de gaseoductos y refugiados.

Precios e inflación

El alza de precios no tiene una única causa. Los efectos de mayores niveles de consumo y de liquidez gracias a los planes de estímulo y los excedentes de ahorro se daban por descontado. Pero a esto se le han añadido una suma de disrupciones en las cadenas de suministros, falta de materias primas como la propia madera o de derivados como el papel, el colapso de puertos y cuellos de botella en la producción y la distribución. A las medidas restrictivas impuestas por grandes economías como China para el control de la supuesta pandemia, se le ha sumado la escasez de mano de obra en posiciones esenciales, como ha evidenciado la falta de transportistas en el Reino Unido o Estados Unidos. La decisión de los países productores –y singularmente de Arabia Saudí– de negarse a inyectar más petróleo en el mercado ha contribuido a aumentar la presión alcista.

De hecho, una de las alzas de precio con mayor carga geopolítica es la de la energía. El Banco Mundial prevé que la tendencia alcista se mantenga durante todo el invierno de 2022, espoleada por el aumento del consumo durante el período invernal en el hemisferio norte y cuyas causas se remontan a bajadas en inversión en el ciclo anterior, concentración de la demanda en Asia y una capacidad de almacenamiento insuficiente. La esperanza es que los precios desciendan a partir de primavera. Pero el nivel de incertidumbre es muy alto, y precios temporalmente por encima de los 100 dólares el barril. La enorme oscilación que se ha producido durante los dos últimos años puede ser un aviso de episodios más frecuentes y extremos de subidas de precios.

Para los países de renta alta esta situación se traduce, fundamentalmente, en un aumento de la inflación, ya que el encarecimiento de la energía repercute en el resto de los productos, aunque sólo sea por los costes del transporte. Eurostat señalaba a finales de 2021 que la inflación de 4,9% era la más alta en veinte años (véase gráfico 4). Y a más inflación, mayor gasto público. Una de las paradojas del momento es que este episodio de precios altos puede acelerar la implementación de energías renovables cuyos bajos costes sigue alcanzando récords (véase gráfico 5), pero también aumentar la impopularidad de medidas para gravar el uso de energías fósiles o el levantamiento de subsidios, en línea con los compromisos adquiridos en el G7 y la COP26

En una segunda categoría encontramos a países importadores de energía y con menores recursos para hacer frente al aumento de costes. Es ahí donde pueden producirse problemas de suministros. Líbano es uno de los casos más extremos, con escasez de productos esenciales como la leche, la gasolina o los medicamentos, pero no el único. La dependencia energética en Pakistán, Bangladesh y varios países de América Latina compromete aún más la recuperación económica. Otro de los casos que genera perplejidad son los fallos de suministro en China.

Dentro de esta segunda categoría hay que hacer especial mención a los países que sufren un doble shock: el precio de la energía y el de los alimentos. Hay un vínculo entre ambos, ya que el aumento de los precios del gas natural encarece sustancialmente la producción de fertilizantes. Durante todo el año 2021 la tendencia ascendente del índice de precios de los alimentos ha sido imparable y obliga a plantearse si pueden repetirse episodios de desestabilización política y social como los que se produjeron en 2010, y su impacto en materia de crisis humanitarias.

El tercer bloque de países lo componen los productores, como Rusia, Arabia Saudí o Argelia. Algunos de ellos pueden aprovechar el aumento de ingresos para acelerar procesos en curso de diversificación económica. Sin embargo, predominarán actitudes miopes, con sistemas rentistas que postergarán sus planes de transición energética, satisfechos al ver cómo la inesperada inyección de recursos les permite comprar la paz social, cooptar voces críticas, reforzar las capacidades represivas del Estado y reequilibrar las relaciones de poder con sus socios internacionales.

En el ciclo electoral en 2022 es que varios gobernantes de corte claramente populista tienen cita con las urnas. En Europa es el caso de los iliberales Viktor Orbán (Hungría), Janez Jansa (Eslovenia) y Aleksandar Vucic (Serbia). En América Latina, la atención está puesta en las elecciones brasileñas. Jair Bolsonaro no sólo busca la reelección contra el expresidente Lula da Silva corrupto (que ganó la primera ronda Lula el 2 de octubre de 2022), sino que preventivamente está cuestionando el sistema electoral, siguiendo el guion que escribió Donald Trump en 2020. El 21 de septiembre, Lula se reunió con Douglas Koneff, principal autoridad de la Embajada de los EE. UU. y que Biden ve con muy buenos ojos que Lula salga otra vez como mandatario electo. Brasil al pertenecer a los países Brics será un duro mazazo para las aspiraciones económicas, sociales y políticas del pueblo brasileño. La contradicción principal ya no es izquierdas contra derechas, eso ya forma parte del pasado, sino de que el enemigo principal de todos los pueblos del mundo es la línea de Biden de EE. UU.

En Filipinas, Rodrigo Duterte no podrá optar a un nuevo mandato, pero el dutertismo seguirá presente en las elecciones de mayo de 2022 a través de un estilo bronco en la campaña, espoleado por el anuncio que el hasta ahora presidente se presentará como senador y por la polémica familiar con su hija, Sara, aspirante a la vicepresidencia en un ticket con Bongbong Marcos, hijo del dictador Ferdinand Marcos. En India están programadas varias elecciones regionales, entre las cuales las de Uttar Pradesh, un estado de 200 millones de habitantes, que pueden ser un buen termómetro sobre la popularidad de Narendra Modi. En Turquía y Polonia también resurgirán los rumores de elecciones anticipadas, con la duda de si es un movimiento demasiado arriesgado para sus actuales dirigentes ante la crisis económica del primero, y la política del segundo.

El espectro del populismo también planeará sobre las midterm elections de noviembre en los EE. UU. Se escogerán los 435 congresistas y 34 de los 100 senadores. ¿Qué grado de apoyo tendrá el trumpismo y sus candidatos más afines? En un momento en que la popularidad del presidente Joe Biden y la vicepresidente Kamala Harris se ha erosionado hasta rondar el 40% en noviembre de 2021, aumentará la especulación sobre si es imaginable no sólo que Trump volviera a presentarse a las elecciones de 2024 sino que él o alguno de sus acólitos pudieran ganarlas. Se augura una posible guerra civil porque las dos fracciones, Trump y Biden, son irreconciliables. Trump en las elecciones de finales de 2021 puso en evidencia un sistema electoral corrupto, donde la mayoría de los ciudadanos americanos empiezan a rechazar.

En materia de liderazgos, la otra gran cita es el 20 congreso del Partido Comunista Chino, que tendrá lugar en octubre de 2022. Xi Jinping aspira a consolidar el control y la dirección del partido con un tercer mandato que marcaría el inicio de una nueva era, rompiendo con el sistema de alternancia del poder introducido por Deng Xiaoping. Pero hubo un intento en septiembre de 2022 de Golpe de Estado y atentar contra el mandatario. Una vez revisada la historia del partido, del congreso se espera la fortificación del liderazgo de Xi, una renovación de la cúpula del partido y una hoja de ruta para los próximos años, sobre todo encaminada hacia la consecución de la ‘prosperidad común’ a nivel doméstico. Un elemento interesante, con potencial repercusión global, es el cuestionamiento del crecimiento del PIB como indicador de éxito. En un momento marcado por la doble ralentización de la economía china y de la economía global, garantizar la estabilidad, el progreso económico y la reducción de las desigualdades es una quimera para afianzar la legitimidad popular del líder y del sistema, especialmente ante la crisis de deuda privada, los problemas de suministros y el aumento de las desigualdades. Ya veremos qué pasa con China…

En los países árabes, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman, aspira a pasar página de la crisis reputacional que supuso el asesinato de Jamal Khashoggi en 2018, y apuestas fallidas como la guerra de Yemen o el boicot contra Qatar. En 2022 el joven príncipe continuará preparando el terreno de cara a la sucesión en caso de fallecimiento o abdicación de su padre e intentará negociar producción de petróleo a cambio de reputación. Abdelfattah Al Sisi, presidente egipcio, también intenta continuar en el poder con una intensa campaña de imagen y algunas tímidas decisiones para suavizar la represión contra las voces críticas. Egipto acogerá la COP27 y dice hacerlo en nombre de África. Claramente, la lucha contra el cambio climático no será la única prioridad de Al Sisi. Es una apuesta no exenta de riesgos ya que su celebración en Sharm el Sheikh puede revelar las contradicciones en materia de libertad de expresión y manifestación que acompañan cada edición de la COP. En Túnez, el presidente Kais Saied buscará el apoyo a través de consultas populares y un referéndum constitucional que certifique el “golpe de mano” que dio en verano de 2021 con la disolución del parlamento, y que despertó dudas sobre la supervivencia de la única transición democrática de la región. 

Crisis humanitarias producidas por el capital

En 2020 y 2021, las necesidades humanitarias globales crecieron significativamente. Según Naciones Unidas, entre 2020 y 2021 se ha pasado de 167 a 235 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria. Es decir, de una de cada 45 personas en el mundo, a una de entre 33. La COVID-19 lo están utilizando, actuando como excusa agravante de las crisis humanitarias preexistentes.  Además, la pandemia desplazó la atención de estas grandes crisis a otros dramas más cercanos, en los que países ricos o de renta media han visto como sus sistemas sanitarios se acercaban peligrosamente al colapso. En España con la finalidad de privatizar la sanidad, así como el tema de Dependencia, o de privatizar los trenes de Renfe, privatizar paulatinamente el sistema de pensiones están transformando o trastocando la vida de las familias llevándolas a una pobreza extrema.

En Afganistán, después de la retirada del ejército de EE. UU. en mayo de 2021 el principal problema son los Talibanes. Tras la toma de Kabul, el Fondo Monetario Internacional y muchos otros organismos y estados suspendieron el acceso de las autoridades afganas a fondos económicos. Un 80% del presupuesto del anterior Gobierno afgano dependía de fondos internacionales, y según datos del Banco Mundial más del 40% del PIB del país corresponde a la Ayuda Oficial al Desarrollo. La decisión de trabajar o no con las nuevas autoridades de Kabul la tomarán los organismos internacionales, pero dependerá en gran medida de los gestos y acciones que puedan hacer los Talibán durante los primeros meses de ejercicio del poder. El PNUD publicó en setiembre de 2021 un informe con varios escenarios para Afganistán en 2022. En el mejor de los casos, el país perdería entre el 3.6% y el 8% de su PIB, con los niveles de pobreza aumentando entre el 7% y el 15%. En el peor de los escenarios, con una crisis de alta intensidad y de interrupción del comercio internacional, el PIB caería más de un 13%, y los niveles de pobreza alcanzarían el 97% de la población afgana.

Varios países africanos sufrirán un deterioro de su situación humanitaria en 2022. A unos niveles previos de pobreza muy elevada y algunas de las mayores concentraciones de hambruna y peores accesos a servicios de salud y educación del mundo, algunas partes del continente, como el cuerno de África o el Sahel, asisten también al aumento de la violencia y a la reanudación de conflictos congelados. Preocupa especialmente la guerra entre el gobierno etíope y Frente de Liberación Popular de Tigray que, entre otras consecuencias, está impidiendo el acceso de ayuda humanitaria en varias regiones del norte de Etiopía, propulsando el número de personas que requieren ayuda humanitaria hasta superar los ocho millones, y con situaciones de hambrunas que no se veían en las últimas décadas. A esto habrá que sumar las tensiones “hidro políticas” entre Addis Abeba y El Cairo por el caudal del Nilo, la violencia crónica en Sudán del Sur y partes de Somalia, la incertidumbre sucesoria en Chad, la inestabilidad política en Mali, la mayor crisis de desplazados internos africana en la República Democrática del Congo, o la extensión de la presencia del terrorismo yihadista desde el Sahel hasta el norte de Mozambique, donde se cuentan hasta 800.000 desplazados tras la implantación de otro grupo yihadista.

Varios territorios de América Central y el Caribe también arrastran un deterioro de la situación humanitaria. En 2021 Haití volvió a ser noticia: violencia política (asesinato del Presidente Jovenel Moïse), fortalecimiento del crimen organizado, catástrofes naturales (el devastador terremoto del 14 de agosto, seguido poco después por una tormenta tropical) y las polémicas deportaciones de haitianos por parte de Estados Unidos, que llevó a su enviado especial a dimitir. Además de los haitianos, muchos ciudadanos de América Central, especialmente los que huyen de la pobreza del llamado corredor seco y quienes huyen de la violencia de bandas criminales asentadas en las principales ciudades, también continuarán protagonizando escenas de desesperación.

Aunque han desaparecido de la agenda mediática occidental, el conflicto provocado por EE. UU.  en Yemen y Siria prosigue, y la situación humanitaria se agrava. Martin Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU alertaba que el 90% de la población siria ya vive bajo el umbral de la pobreza. En Naciones Unidas también se ha escuchado que “la situación en Yemen no es solo la peor crisis humanitaria sino la peor respuesta internacional a una crisis de estas características”. Una de las paradojas de estos dos conflictos es que incluso en un contexto en que las potencias regionales han hecho gestos de acercamiento, ni los niveles de violencia parecen disminuir, ni se alivia por lo tanto el sufrimiento de los civiles atrapados en el conflicto.

La verdad es que no es un panorama muy positivo la situación política global, donde el retroceso temporal de las fuerzas revolucionarias de los pueblos del mundo, hombres y mujeres, es evidente frente a la ofensiva yanqui mundial por recuperar el terreno perdido y sobre todo el control económico mundial, que se lo está disputando China, así como ésta se está armando (es potencia nuclear) para enfrentarse en lo militar.

Queda por analizar en qué situación nos encontramos los pueblos del mundo, sobre todo la clase obrera de Hombres y mujeres depauperada y aniquilada por la socialdemocracia, el mayor aliado del Capital, ahora desgastado.

Un fantasma vuelve a envolver el mundo: El fascismo

Ahora nos toca dar respuesta a los pueblos del mundo y volvernos a organizar.

María Teresa Gallego de la Cruz
Coordinadora del PFE en Cataluña

Bibliografía

https://www.voltairenet.org/?lang=es

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-60328190

https://www.voltairenet.org/article218165.html